«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
y preservar el poder hasta agotar la legislatura

El PSOE empieza a mover ficha para un posible relevo de Sánchez en Moncloa

Bruselas Sánchez
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

El desgaste político de Pedro Sánchez ya provoca movimientos dentro del PSOE. En los últimos días, algunos sectores del partido empiezan a plantear abiertamente la posibilidad de buscar un relevo ordenado al frente del Gobierno. La idea que circula es clara: sustituir a Sánchez por un perfil de transición, de presidente a presidente (o presidenta), con el objetivo de preservar el poder hasta agotar la legislatura y afrontar una hipotética convocatoria electoral con cierto margen de control.

Las quinielas internas han estallado. Nombres como el del ministro de Economía, Carlos Cuerpo, empiezan a sonar con fuerza. La propia expresidenta de La Rioja y actual senadora Concha Andreu lo señaló públicamente en redes sociales. Cuerpo, de perfil técnico y sin carné del PSOE, es visto por algunos como un candidato idóneo por su aparente alejamiento de las guerras internas de Ferraz. Sin embargo, en el propio Consejo de Ministros se le resta peso: «No tiene ni carné del PSOE», deslizan algunos miembros del Ejecutivo, dejando ver el trasfondo de las tensiones internas que ya empiezan a aflorar.

Mientras tanto, Sánchez permanece encerrado en su búnker de La Moncloa, suspendiendo comparecencias y dejando caer agendas internacionales. Tras su última reunión con los socios parlamentarios, el presidente se sumió de nuevo en el desánimo y, como la pasada semana, volvió a recluirse en la finca toledana de Quintos de Mora.

Según informa Vozpópuli, Sánchez se reunió este martes en Moncloa con su núcleo más estrecho. A su lado estuvieron la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, encargada de pilotar la organización hasta el próximo 5 de julio; la vicesecretaria general y ministra de Hacienda, María Jesús Montero; y Montse Mínguez, que también forma parte de la dirección colegiada de la Secretaría de Organización. Este es el reducido equipo en el que Sánchez se apoya ahora, tras el golpe sufrido por el llamado «caso Cerdán».

Sobre la mesa del presidente se barajan diferentes escenarios. Algunos de ellos cuentan con la influencia de su antiguo jefe de gabinete, Iván Redondo, a quien el posible sustituto de Cerdán, Francisco Salazar, ha vuelto a acercar a Moncloa. Las opciones pasan por resistir hasta 2027 con pequeños retoques estéticos, convocar elecciones anticipadas o pactar un relevo interno que cuente con el visto bueno de Ferraz.

En esta última vía de relevo controlado, los nombres de Carlos Cuerpo, Cristina Narbona o la delegada del Gobierno en Asturias, Adriana Lastra, se encuentran bien posicionados. Se trataría de asumir una «presidencia transitoria» con perfiles que no planean repetir como candidatos en las próximas generales, y que permitirían a Sánchez ofrecer una imagen de regeneración mientras retiene el control orgánico del partido. Además, ninguno de los tres está vinculado a las actuales investigaciones de corrupción, lo que les da cierto margen de maniobra. De hecho, la propia Lastra habría llegado a enfrentarse en su día a Santos Cerdán por este motivo.

En un plano más ambicioso y de largo plazo, también aparecen otros nombres: Óscar Puente, Pilar Alegría y la propia María Jesús Montero. Estos perfiles implicarían no sólo asumir la presidencia del Gobierno, sino también disputar el control del partido en un congreso extraordinario. Aquí es donde surgen las primeras tensiones internas: todos quieren ocupar el despacho de Moncloa. También Félix Bolaños, aunque su falta de apoyos le deja, de momento, en la segunda fila.

Un eventual relevo permitiría a Sánchez, además, conservar su escaño en el Congreso y mantener el aforamiento hasta 2027, siguiendo el ejemplo de Felipe González en su día. Pero cualquier movimiento de este tipo exige pactar con los socios de coalición, algo que, dada la situación actual, se presenta complicado. Algunos nombres, como los de Narbona o Cuerpo, no resultan bien vistos ni por los separatistas ni por Sumar o Podemos.

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