El juez de la Audiencia Nacional José de la Mata interroga este martes como investigado al Sìndic de Greuges (defensor del pueblo catalán), Rafael Ribó, que pidió declarar voluntariamente sobre el viaje que le pagó un empresario para presenciar la final de Champions que el Barça jugó en Berlín en 2015.
De la Mata, que investiga el denominado caso 3 % de presunta financiación ilegal de CDC mediante comisiones por obras públicas, le ha citado a las 12.30 horas.
Al acordar investigar estos hechos, De la Mata dio traslado de las actuaciones al Sìndic antes de decidir si, tal y como ha propuesto la Fiscalía Anticorrupción, remite exposición razonada al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña al estar Ribó aforado por su cargo.
Antes de dar ese paso, el magistrado recordaba en un auto que existe la obligación de dar la oportunidad al aforado de personarse en la causa, tomar conocimiento de las actuaciones, declarar voluntariamente como persona investigada, aportar documentos, proponer pruebas y participar en las diligencias.
Tras conocer este ofrecimiento, Ribó pidió declarar con el objeto de dar explicaciones sobre ese viaje, que incluyó el alquiler de un avión y una furgoneta por un coste total de 39.000 euros.
El juez considera que esa invitación que le hizo el empresario Jordi Soler fue por «la de su condición de Sìndic».
El pasado 3 de febrero, Soler declaró en la Audiencia Nacional y admitió que fletó un avión en el que viajaron Ribó, su pareja y su hija para acudir a la final de Champions de 2015 en Berlín.
También reconoció que sufragó ese viaje (valorado en 39.000 euros) con dinero de sus empresas, si bien aseguró que nunca tuvo ninguna relación contractual con la Sindicatura de Greuges.
Ese día también compareció Ramon Camp, histórico diputado de CIU, que hizo referencia a otro viaje previo que disfrutó con Ribó y que supuestamente también corrió a cargo de Soler: fue en 2009 en la vuelta de la final de Champions que aquel año disputaron en Roma el Barça y el Manchester United.
La Fiscalía, que consideró que los hechos investigados podrían constituir un delito de cohecho pasivo impropio -que sanciona al cargo público que acepta un regalo entregado en consideración a su posición-, pidió al juez que remitiese las actuaciones al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña al estar Ribó aforado.
En este caso, señala el escrito del fiscal, «Ribó no solo aceptó la invitación al viaje en un vuelo pagado por Jordi Soler sino que además tomó la iniciativa de solicitar que dicho empresario pagara también el viaje a Berlín de su hija».
De la Mata cree también que el motivo de este viaje fue tener una «atención comercial» con el Sìndic, que ocupa ese cargo desde 2004, y de hecho trató que nadie supiera de él, según se refleja en un mensaje intervenido en la investigación.