«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Sólo 12 municipios superan los dos cotizantes por pensionista

Envejecimiento y despoblación: los verdaderos problemas de Galicia

Galicia. Sergio Díaz

¿Cuál es el mayor problema que tiene Galicia? Para los nacionalistas del BNG lo es el uso de topónimos en castellano en RTVE. Las ciudades y pueblos gallegos sólo pueden tener su nombre en gallego, porque el español se le prohíbe nombrarles, ya que es una lengua ajena a Galicia. Y en esto coinciden con el PP de Manuel Fraga y Alberto Núñez Feijoo.

Sin embargo, la verdad es que el principal problema de los gallegos, como el del resto de los españoles, es la reducción de la población y el envejecimiento.

El BNG, que propugna la ruptura con el resto de España, será el segundo partido más votado en las elecciones del domingo 18, con un 30% de los votos válidos, o sea, un 15% de la población (la abstención supero el 51% en 2020). De realizarse sus planes separatistas, los pensionistas gallegos dejarían de cobrar muy pronto sus pensiones.

A nivel nacional, la relación entre cotizantes a la Seguridad Social y pensionistas es de poco más de dos aportantes por un perceptor de pensión contributiva. Pero en Galicia la relación es de 1,5 por pensionista. La región (una «nación sin Estado» según Núñez Feijóo) necesitaría unos 370.000 cotizantes más, más que la población entera de la provincia de Lugo, que era en 2023 de únicamente de 323.000 personas.

En Galicia sólo hay 12 concellos que superen los dos cotizantes por pensionista: siete en la provincia de La Coruña, cuatro en la de Pontevedra y uno en la de Orense. Todos ellos son ciudades-dormitorio. El único que rebasa el número de 3 cotizantes es Ames, limítrofe con Santiago, donde la edad media se acerca a los 42 años El segundo es Oroso, con 2,53; y el tercero Arteixo, la sede de Inditex, con 2,36.

Sin embargo, este problema no inquieta ni a la Xunta (PP) ni a los partidos de la oposición (BNG y PSdeG), pues en estos últimos años no han aplicado ni propuesto planes de fomento de la natalidad. En concreto, el BNG considera que basta con invitar a descendientes de emigrantes en Argentina o Brasil a que se instalen en Galicia para revertir el suicidio demográfico.

Aborto, envejecimiento y despoblación

En 2022, se ejecutaron casi 3.000 abortos. La exigencia de las izquierdas es que estos se realicen en hospitales públicos y la Xunta ya ha aportado más fondos públicos para facilitarlos. Los tres partidos coinciden en seguir promoviendo el aborto en una región donde se producen más del doble de muerte que de alumbramientos de media diaria: 96 fallecimientos por 40 nacimientos.

Para empeorar la situación, Galicia se halla en una parte de España de declive demográfico agravado. Las otras tres provincias con las que limita, también pierden población.

Asturias superó el millón cien mil habitantes en 1980 y desde entonces ha ido bajando hasta perder la cota del millón, que ha recuperado gracias al establecimiento de ciudadanos extranjeros, sobre todo colombianos y marroquíes. Esto le ha supuesto a partir de los años 90 perder diputados en el Congreso. Ahora tiene siete cuando antes eran diez.

Entre 1971 y 2021, la población de la provincia de León se ha reducido en 107.895 habitantes. Sólo Orense ha registrado una disminución mayor, de 136.054. A León se le adjudicaron seis diputados para las elecciones de 1977. Perdió el primer diputado tan pronto como en 1988 y el segundo en 2015.

Y en Zamora la población se ha reducido en un 40% desde 1950. En ese año alcanzó los 316.000 habitantes y en 2023 bajó hasta los 166.366, sin que haya esperanzas de detener el desplome. La despoblación en Zamora es mayor incluso que en Orense.

Menos diputados

La disminución en el número de diputados tiene consecuencias políticas importantes, no tanto para los ciudadanos, ya que los diputados obedecen sólo a sus jefes, en vez de a sus votantes, como para los partidos.

El número de diputados que tenía Galicia se ha reducido en cuatro, uno por provincia. En la actualidad elige 23. En las elecciones generales del 23 de julio, el PP sacó 13 diputados; uno por debajo de la suma de los separatistas catalanes ERC (7) y Junts (7), que votaron a favor de la investidura a Sánchez. En esto queda «la Baviera del PP».

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