Los socios separatistas de Pedro Sánchez no parecen dispuestos a ponerle fácil las negociaciones para mantener la legislatura en marcha. ERC y Junts exigen al PSOE verificadores internacionales distintos, y además el partido de Carles Puigdemont se niega a negociar de manera conjunta con la formación de Pere Aragonès las condiciones para el referéndum prometido a cambio de la investidura.
Por un lado, Sánchez ha defendido de nuevo este jueves la figura del verificador internacional pactada con Junts, insistiendo en que se trata de un «mecanismo excepcional» para facilitar el diálogo y eventualmente el acuerdo, al tiempo que no ha querido confirmar que la primera reunión con los de Carles Puigdemont se vaya a producir en Ginebra este sábado.
En una entrevista en TVE ha señalado que tanto quién ejercerá de verificador con Junts como con ERC se conocerá a su debido tiempo, al igual que el lugar fuera de España donde se producirá el primer encuentro con los primeros. «No estamos todavía en condiciones de decir dónde va a ser», ha señalado.
El presidente ha defendido esta figura, incluida en los acuerdos alcanzados con ambos partidos independentistas, sobre la base de que «si dos no se entienden, el que nos acompañe un tercero en esa labor de verificación es una buena noticia porque nos puede ayudar efectivamente a llegar a acuerdos».
Se trata, ha admitido Sánchez, de «un mecanismo excepcional» como también lo es la situación de estos dos partidos «en el sistema político español». «Ojalá en un futuro no necesitemos este sistema de verificación porque eso significará que hemos construido una confianza» que «honestamente», ha reconocido, no tener actualmente de forma «completa ni total».
Por otro, este jueves El Debate desvelaba que ERC no quiere que el verificador, que al parecer será una organización internacional y no una sola persona, sea el mismo que el partido del fugado Puigdemont solicita a los socialistas. Según la misma información, Toni Comín, eurodiputado no adscrito y fugado en Bélgica al igual que Puigdemont, declaró que no era viable atender la petición de ERC de negociar conjuntamente con el PSOE. La respuesta de ERC quitó importancia a las palabras de Comín, asegurando que a ellos no les molestaba que el PSOE se reuniera antes con Junts, pero recordando que la petición de un mediador y las reuniones fuera de España fueron en inicio una petición suya. Falta por conocer en las próximas horas quién ejercerá finalmente esas labores de mediación con las que el PSOE ha hecho suyo el relato independentista de conflicto entre dos países.