Los grupos de ERC y la CUP han registrado una proposición de ley para reformar parcialmente el Reglamento del Parlament en la que proponen «prohibir los discursos de odio» en la Cámara.
Ambos partidos, hispanófobos e impulsores del hostigamiento a VOX, primera fuerza política nacional en Cataluña, han asegurado que trabajan en el texto desde hace meses y que uno de los cambios más urgentes es actualizar los principios que rigen los diputados en un contexto «de extremismos políticos al alza».
Por ello, proponen especificar en el Reglamento que no se puede recurrir a «discursos de odio o intolerantes, ni incitar a la discriminación por razón de género, orientación sexual, creencias, ideología, origen, condición social, etnia, lengua, discapacidad o cualquier otra». En este sentido, reclaman que se pueda llamar al orden o expulsar del hemiciclo a quienes no cumplan.
La propuesta de modificación concreta también que un diputado que no firme el compromiso no podrá ser escogido para los órganos del Parlament, ser nombrado ponente ni formar parte de las delegaciones oficiales de la Cámara.
Además, quieren que el código de conducta pase a formar parte del Reglamento «para reforzar su carácter legal», y que las declaraciones institucionales de la Cámara se puedan acordar por mayoría calificada de dos tercios en la Junta de Portavoces, y no con unanimidad como hasta ahora.