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resalta el vínculo entre España y Chile a través de la lucha por la libertad frente a las dictaduras

Gabriel Boric avisa en España de la «reemergencia de los extremismos»

El presidente de Chile, Gabriel Boric, junto al presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez. Europa Press

El presidente de Chile, Gabriel Boric, ha destacado este sábado el vínculo histórico de su país con España, labrado durante las últimas décadas a través del intercambio cultural con los exiliados de la Guerra Civil y, sobre todo, por la defensa conjunta de ambos países a favor de los valores democráticos durante los «tiempos oscuros» de las dictaduras de Francisco Franco y Augusto Pinochet.

En un discurso en la Casa de América y entre referencias a la poesía de Miguel Hernández, Boric también ha alertado del auge de los extremismos, independientemente de su ideología, y propuesto una solución a base de empatía y «más democracia».

«El lazo que nos une», ha declarado Boric, «se relaciona con la experiencia de nuestras dictaduras, de nuestras luchas para recuperar la democracia«, a través de «esfuerzos laboriosos, firmes y con tropiezos para construir un régimen de libertades y mayor igualdad».

En un breve repaso histórico que comenzó con la Guerra Civil, Boric ha defendido que ambos pueblos «comparten la vivencia de haber experimentado regímenes autocráticos y brutales con diferentes contextos» y ha destacado, con todo, que Chile «tuvo una fortuna derivada de una tragedia, que fue recibir la corriente enriquecedora y vital del exilio español en décadas cruciales para nuestro desarrollo productivo, artístico e intelectual».

«Nuestra patria, Chile, jamás olvidará la lección de solidaridad y amor a través del Atlántico y que nos acompañará siempre», ha dicho, antes de recordar al poeta alicantino «‘tal vez porque he sentido su corazón cercano, cerca de mí, casi rozando el mío'».

Al hablar sobre las dictaduras, Boric ha llamado a la necesidad de recordar el pasado como referente de la actualidad. «Cinco décadas después sigue teniendo sentido recordar estos hechos, porque están muy presentes, porque son una herida abierta, porque estamos buscando a nuestros desaparecidos, pero porque defender la democracia como la defendió (Salvador) Allende hasta el último día de su vida hoy en día es tremendamente importante», ha indicado.

Con todo, el presidente chileno ha querido destacar que la aparición de los regímenes totalitarios no depende de una ideología antes de poner como ejemplo el de Nicaragua, cuyo líder, el antiguo sandinista Daniel Ortega, es ahora objeto de críticas internacionales por su desdén hacia los Derechos Humanos.

«Hay veces, como nos recuerda Nicaragua, en donde vestir como ‘rojinegro'», indicó en referencia a los colores del sandinismo, «no significa nada: los valores y principios que nos deben mover es el respeto irrestricto a los derechos humanos siempre y en todo lugar».

«Ninguna diferencia», ha proseguido Boric, «justifica la violación a los Derechos Humanos y la conciencia de que los problemas de la democracia se solucionan con más democracia, no con menos», ha zanjado el presidente chileno.

Desde ahí, Boric se ha dirigido a quienes «proponen como solución a los problemas del presente limitar las libertades, arrebatar los derechos del otro, censurar, negar, los derechos de mujeres de migrantes, trabajadores, negar lo que no les gusta»; una amenaza «cada vez más presente en Europea y América Latina, independientemente del color del que venga».

Frente a ello, el presidente chileno ha llamado a aprender la lección de las dictaduras: «La persecución y la injusticia tienen una contracara, una respuesta más fuerte que perdura: ni la tiranía ni la traición podrán oponerse pero no prevalecer, porque para la libertad, como escribió Miguel Hernández, sangramos, luchamos, pervivimos», ha indicado.

Por último, Boric ha defendido un modelo de Gobierno basado en el diálogo constante con la gente para fomentar la empatía entre los conciudadanos. «Quienes estamos en política tenemos un mandato: debernos al pueblo del que formamos parte. No hablamos por él, hablamos con él, hablamos por él. No somos intérpretes de una voluntad mística», ha declarado.

«Algo tan simple como el cariño, mirarnos a los ojos y querernos un poco más. Hablar de esa Humanidad conjunta. La lección de la fraternidad humana que se hace gigante frente al sufrimiento de los postergados», ha añadido.

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