Muchos guardias civiles, recuerda IGC, se han visto obligados a trasladar a sus hijos y familias a otras regiones del territorio español.
«La tensión política en Cataluña está llegando a situaciones insoportables e impensables en una sociedad democrática». Así se ha manifestado Independientes de la Guardia Civil (IGC), que lamenta que «la sociedad está separándose en base a su ideología política». «Esta ideología política está separando familias, amistades e incluso sociedades», añade.
Los miembros de la Benemérita destinados en esta zona no son ajenos a esta situación política, pues sufren en silencio y en el día a día las situaciones que tal tensión está creando. «Desde el referéndum ilegal del 01 de octubre hasta la fecha, los efectivos de la Guardia Civil destinados o comisionados en Cataluña sufren un acoso y presión enormes y nadie hace eco de esta situación», denuncian los agentes.
Muchos guardias civiles, recuerda IGC, se han visto obligados a trasladar a sus hijos y familias a otras regiones del territorio español o cambiarlos de colegios públicos a colegios privados -«con el consecuente e importante gasto económico»- al observar cómo sufrían acoso escolar por parte de los responsables de su propia educación con total impunidad, todo ello por el simple hecho de ser hijos de agentes.
La asociación relata también que «numerosas esposas de guardias civiles se han visto obligadas a dejar sus puestos de trabajo y marcharse con sus hijos a otras regiones y, las que no han tomado tal decisión, en ocasiones han tenido que abandonar sus puestos por el acoso recibido, y no encuentran trabajo una vez que se conoce la profesión de sus parejas».
Los guardias civiles, que llevan años viviendo en esta región, han visto cómo sus amistades, tanto personales como familiares, mantienen ciertas distancias en sus relaciones sociales en presencia de personas con ideologías políticas diferentes simplemente por su profesión. Esto, insisten desde IGC, «afecta considerablemente a su conciliación familiar».
«Algunos agentes incluso han visto cómo sus vehículos son blancos de las ideologías políticas, siendo dañados considerablemente. Los propios compañeros de profesión pertenecientes al Cuerpo de Mossos de Esquadra intentan no mantener relación con los guardias civiles y los mossos que sí lo hacen son señalados por sus propios compañeros e incluso acosados por los mandos», ha denunciado Independientes de la Guardia Civil
También hacen mención al sueldo de un guardia civil destinado en Cataluña. Este ronda los 1.400 euros, todo ello sin mencionar, eso sí, el pago de colegios privados de sus hijos «ante la imposibilidad de que puedan estudiar en centros públicos por el acoso y adoctrinamiento político que sufren en estos».
«Si a ello se le añade el pago de alquileres que en muchas ocasiones son engrosados por los propios arrendatarios por el simple hecho de ser el inquilino miembro de la Guardia Civil, sumado a que en muchos casos sus parejas no obtienen trabajo o lo pierden cuando se conoce la profesión de su marido, hace que los compañeros destinados en Cataluña estén en una situación clara de abandono de las Instituciones Públicas», añaden.
Además denuncian que «los responsables de la Guardia Civil en la zona de Cataluña ponen todo tipo de trabas para que los guardias civiles no abandonen sus destinos, aunque sea de forma temporal».
IGC ve como una posible solución a la situación que sufren los agentes «que el Gobierno estipule una partida económica para los efectivos de la Guardia Civil destinados en Cataluña, similar a la recibida por los guardias civiles destinados en el País Vasco». También propone «la acumulación de tiempos de servicio en esta zona como derecho preferente para adquirir plazas en otras partes del territorio español o un aumento del crédito de vacaciones anuales como medidas que compensen de alguna forma las penalidades sufridas tanto por ellos como por sus familias».