El PP, que protagonizó una histórica cesión económica con en el PNV en la tramitación de los Presupuestos, denuncia desde la oposición el otro favor pagado por los socialistas, esta vez relativo a la política penitenciaria.
El portavoz parlamentario del PP, Rafael Hernando, ha advertido este viernes de que su partido va a «combatir» cualquier tipo de beneficio penitenciario a los presos de ETA, una medida que ve como «una nueva letra del pago» del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por los apoyos para llegar al Ejecutivo.
En una rueda de prensa en el Congreso, Hernando ha asegurado «sin crispación y con absoluta lealtad» que el PP «no va a pasar por eso» y no va a consentir que Sánchez haga una política que «humille» a las víctimas de ETA como parte del «precio» a pagar al lehendakari, Íñigo Urkullu, por su apoyo.
Hernando ha considerado que estos posibles beneficios penitenciarios tendrán una última fase que es «poner en libertad» a los presos etarras, después de acercarlos al País Vasco y transferir las competencias al Gobierno vasco.
Una finalidad que ha calificado de «gravísima» y que le parece una «deslealtad» al Estado, por lo que ha insistido en que Sánchez vaya a dar explicaciones al Congreso respecto a este y otros «pagos» a los partidos por el apoyo a su investidura.
«Está muy bien que los españoles sepamos que tipo de calzoncillo usa para correr, que tipo de chándal le gusta, cuáles son las gafas con las que lee los papeles y como maneja las manos, pero lo que interesa a españoles es lo que está dispuesto a pagar por mantenerse cada día atornillado en La Moncloa», ha aseverado Hernando.
Para el portavoz popular, Sánchez también está cometiendo una deslealtad con su propio partido, ya que cree que hay «mucha gente» en el PSOE que no está de acuerdo con que se concedan beneficios penitenciarios a los presos de ETA.
Ha criticado, además, la «normalización» anunciada por Sánchez con Cataluña que consiste en «callarse» cuando el presidente catalán, Quim Torra, ataca al Rey o lo insulta.
A este respecto ha manifestado que «eso no es normalización es, en palabras de Leguina, bajarse los pantalones».