«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
A cambio de importantes sumas de dinero

La Audiencia Nacional juzga desde este lunes a ocho integrantes de una organización que se dedicaba al tráfico de inmigrantes desde Pakistán

Agentes de la Policía Nacional. Europa Press

La Audiencia Nacional (AN) juzga desde este lunes a ocho personas acusadas de integrar un grupo criminal que se dedicaba a «la introducción de personas procedentes de Pakistán en países de la Unión Europea» de forma ilegal.

Según el escrito de acusación de la Fiscalía, el Ministerio Público pide penas de cárcel para todos ellos que van de los ocho a los cinco años por delitos contra los derechos de los ciudadanos extranjeros.

Tal y como describe el fiscal, este tipo de organizaciones delictivas aprovechan la inestabilidad en países como Siria, Afganistán y Pakistán para poner a disposición de inmigrantes sus infraestructuras a cambio de importantes sumas de dinero.

Poseen estructuras permanentes en esos países de origen «donde se produce la captación» y también en países de tránsito hacia Europa como Irán, Turquía, Grecia, Macedonia, Serbia, Bosnia Herzegovina, Croacia, etc.

En concreto, este grupo radicado en España se dedicó a lo largo del año 2020 a la organización, planificación y ejecución del último trayecto del periplo migratorio de ciudadanos de origen pakistaní que, procedentes fundamentalmente del campo de refugiados de Bihac (Bosnia), pretendían acceder ilegalmente a Europa atravesando a pie los montes que separan Bosnia y Croacia.

Ese viaje a pie lo hacían guiados por «pasadores» de la organización y, desde allí, «ocultos en camiones gestionados por la rama española de la organización» eran dirigidos a Eslovenia por aproximadamente 3.000 euros o a Italia por 5.000 euros. Desde allí, relata el escrito, eran «trasladados en movimientos interiores a su destino final que, en el caso de los ciudadanos pakistaníes, era Alemania y España».

Esta rama española alquilaba las furgonetas o camionetas típicas de transporte de fruta en localidades españolas como Catarroja (Valencia) y emprendían el viaje hacia la frontera de Croacia con Bosnia Herzegovina siempre acompañados de vehículos lanzadera para revisar controles policiales.

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