Al menos diez denuncias han sido presentadas contra María Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), por supuestos casos de acoso laboral, psicológico y abuso de poder. Los denunciantes incluyen un director de programa, jefes de grupo, investigadores, empleados y responsables de área. Estas quejas, registradas ante el departamento de Recursos Humanos y en algunos casos elevadas a los tribunales, describen una amplia variedad de comportamientos que abarcan desde trato vejatorio y racista hasta hostigamiento y exigencias desproporcionadas.
Uno de los primeros casos documentados ocurrió en 2013, cuando un director de programa denunció «desencuentros continuados con la directora» debido a diferencias en la gestión científica. Ese mismo año, una investigadora del grupo de Telómeros y Telomerasa, dirigido por Blasco, presentó una queja formal en la que denunció trato vejatorio, racista y psicológico dentro del laboratorio.
En 2020, varios empleados alzaron la voz. Un jefe de grupo acusó al CNIO de vulnerar sus derechos fundamentales al imponerle unilateralmente una política de jubilación acompañada de cambios en sus condiciones laborales. Ese mismo año, un empleado adjunto a la gerencia expresó su preocupación por lo que describió como «acciones continuadas de acoso», mientras que la responsable de gestión científica del centro afirmó haber sido víctima de un «persistente acoso laboral» por parte de Blasco, con denuncias que apuntaban a «conductas sistemáticas de hostigamiento y la imposición de exigencias desproporcionadas».
En 2021, una jefa de unidad reportó conflictos internos relacionados con la incorporación de un nuevo investigador en 2008, alegando que estos se debían a divergencias científicas y operativas que derivaron en tensiones. Más recientemente, en 2023, un becario denunció un caso de «vulneración de derechos fundamentales» y «conductas intimidatorias» a raíz de un vídeo difundido en redes sociales vinculado a una obra de arte adquirida por el CNIO.
El año 2024 también trajo nuevos señalamientos. Una investigadora informó haber sido objeto de ataques verbales durante una reunión, situación que la llevó a necesitar atención médica y reposo. Por su parte, el responsable de personal del centro afirmó haber sido víctima de una «persecución constante» por parte de Blasco, acusándola de imponer unilateralmente sus decisiones en temas laborales.
El caso más reciente data de 2025, cuando un jefe de grupo denunció «prácticas irregulares propias de acoso», que incluían abuso de poder, falta de comunicación, discriminación y exclusión en el entorno laboral.
La documentación revisada describe un patrón preocupante de quejas acumuladas a lo largo de más de una década, poniendo en entredicho la gestión de María Blasco al frente del CNIO. A pesar de la gravedad de las acusaciones, el centro no ha emitido un comunicado oficial al respecto, dejando abiertas preguntas sobre cómo se han manejado estas denuncias internas y su impacto en la reputación de la institución.