«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La mayoría de los inmigrantes fueron trasladados desde Canarias

La Junta de Andalucía (PP) mezcla inmigrantes ilegales y turistas en un albergue de Granada: «No vayas, se ha convertido en un CETI»

Inmigrante ilegal en el albergue de Granada. Rubén Pulido

El Albergue Inturjoven de Granada, gestionado por la Junta de Andalucía, se encuentra en el epicentro de una controversia que pone en jaque su función como alojamiento turístico. La decisión del Gobierno regional, liderado por Juanma Moreno (Partido Popular), de ceder parte de sus instalaciones a Cruz Roja para acoger a inmigrantes ilegales, mayoritariamente trasladados desde Canarias, ha desatado una ola de críticas. Este uso mixto, que combina la atención humanitaria con el hospedaje de turistas que pagan entre 60 y 150 euros por noche, genera problemas de convivencia, inseguridad y falta de transparencia, mientras los conflictos en los alrededores agravan las tensiones entre inmigrantes, vecinos y huéspedes.

Ubicado en el Camino de Ronda, a 200 metros de la estación de tren de Granada, el centro alberga a medio centenar de inmigrantes en situación ilegal de forma semipermanente, con rotaciones constantes. Según la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, esta medida responde a la crisis migratoria en Canarias. Sin embargo, la coexistencia con turistas ha desatado tensiones y numerosas críticas.

Una turista, integrante de un grupo organizado por una agencia privada de Barcelona, ha descrito su experiencia a LA GACETA, y ha señalado que los llamados ‘refugiados’ son el 90% hombres jóvenes «y la gran mayoría de africanos». Lamenta que se acepte alojar clientes privados en instalaciones habilitadas para la acogida de inmigrantes ilegales, que según sostiene «entran y salen a cada rato» mientras el personal de Cruz Roja se encuentra «permanentemente controlando el hall», creando una situación de incomodidad para gran parte del grupo de turistas.

La convivencia tensa dentro del albergue se ve agravada además por problemas externos. Según fuentes policiales, los alrededores del albergue son escenario de múltiples conflictos motivados por disputas entre los inmigrantes ilegales alojados, generando una fricción constante con los vecinos y los turistas. Estas tensiones alimentan la percepción de inseguridad entre los huéspedes. Un turista anónimo, alojado en marzo de 2025, señala: «Pagué 80 euros por una habitación doble esperando un ambiente tranquilo, pero me encontré con un entorno que no me hacía sentir seguro. Había mucha rotación de personas y poca claridad sobre quiénes eran».

Las reseñas online reflejan este malestar. Jorge M., en Google, advierte: «No vayas. Si buscas una experiencia como turista/viajero, no es tu sitio. No hay gente viajando ni de turismo, en mi semana apenas 4 personas. El edificio lo ocupa la Cruz Roja y el ambiente no es precisamente acogedor». José Miguel B., en TripAdvisor, critica: «Los albergues de la Junta ya no son lo que eran. Ahora son para otros que llegan y que pagamos todos… Para mí, una vergüenza«. Otro usuario lamenta también a través de reseñas de Google que el albergue «se ha convertido en un CETI (Centro de Estancia Temporal para Inmigrantes)».

La falta de transparencia de la Junta agrava el problema. La página web de Inturjoven promociona el albergue como destino turístico sin mencionar su uso como centro de acogida para inmigrantes ilegales, generando sensación de engaño entre los huéspedes. La Consejería defiende la medida como un gesto de solidaridad, pero las críticas apuntan a una incompatibilidad de usos que compromete la seguridad y la experiencia turística.

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