En mayo de 2020, el Gobierno balear, liderado por la actual presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, compró un millón y medio de mascarillas quirúrgicas para hacer frente a la pandemia del covid-19. Este jueves se ha conocido, sin embargo, que esas mascarillas nunca se utilizaron: Baleares llegó a pagar más de 3,5 millones de euros a la empresa vinculada a Koldo García, mano derecha del exministro José Luis Ábalos, por unas mascarillas inservibles.
El lote que compró la administración balear a la empresa Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas SL, empresa pantalla controlada por Víctor de Aldama, amigo íntimo de Koldo, ascendió concretamente al precio de 3,7 millones de euros públicos. Un millonario gasto de las arcas baleares que fue en balde, puesto que las mascarillas hoy siguen almacenadas en una nave del departamento público de Salud de las Islas Baleares. Según los propios estándares de la calidad del Ministerio de Sanidad, las mascarillas de Koldo no podían ser utilizadas por los pacientes o personal de los hospitales.
La partida llegó ese mismo mes, en mayo de 2020, tras articular una contratación directa bajo el Estado de Emergencia decretado por el Gobierno de Pedro Sánchez. La falta de concurso y transparencia en el proceso del contrato terminaron por adjudicar la millonaria partida a la empresa Soluciones de Gestión, que nunca antes había colaborado con la administración balear y que tiene sede en Zaragoza.
Poco después de recibir los paquetes con el millón y medio de mascarillas, el Gobierno balear pidió al Centro Nacional de Medios de Protección que analizara la calidad de la partida recibida. Pocos días tardó el departamento en concluir la inutilidad de las mascarillas: los 3,7 millones de euros públicos destinados a la empresa vinculada a Koldo García se malgastaron en unas mascarillas que no reunían las condiciones de calidad necesarias. Entonces se almacenaron en el archipiélago, donde todavía permanecen.
A pesar de conocer, apenas unas semanas después, que la compra fue fraudulenta, el Gobierno de Baleares, presidido por la socialista Armengol, no inició un proceso de reclamación. De hecho, la reclamación oficial no llegó hasta el 6 de julio de 2023, el día que Francina Armengol abandonó la presidencia de Baleares y se produjo un cambio de signo en el Ejecutivo del archipiélago.
