Una serie de libros destinados a menores de edad han generado polémica en distintas bibliotecas públicas de Barcelona por su contenido. La romantización de la transexualidad en menores, el blanqueamiento de las relaciones sexuales entre familiares o la reiterada publicación de obras cuya historia se basa en narrar las experiencias de una familia con padres de un único sexo han sido algunos de los ejemplos que más críticas han recibido.
Es el caso del libro Mi padre se fue con un señor de Zaragoza, de Rubén Guallar, que cuenta la historia de un joven al que le gusta vestirse de Blancanieves y tiene sueños como que «hombres mayores le meten la lengua en la boca«.
Otra obra que han exigido que sea retirada es El meu pare es pensa que soc un noi, enfocada en el público más infantil y que apenas contiene texto —las páginas las conforman imágenes gigantes—. En una de estas, se ve al padre de la recién nacida sujetándola y diciendo que el bebé es un «nene» pese a haber nacido niña.
También se hace referencia a la obra Paula tiene dos mamás, que cuenta la historia de una niña que, de la noche a la mañana, pasa de tener una madre y un padre a dos madres: «Tu papá se va a cambiar de nombre y ahora será Helena. Te va a pedir que le hables en femenino», aparece en una viñeta con la madre explicándole a la hija sobre una mesa.
Por último, mencionan entre críticas el título ¡Vivan las uñas de clores!, escrito por Alicia Acosta y Luis Amavisca y que lleva frases como «pintarse las uñas es de niñas. ¡Eres una niña, eres una niña!», en referencia a Juan, que acudía al colegio de esa forma.
Otras obras que han generado polémica por contener, supuestamente, contenido de este estilo, son La mirada d’Ahmed, El casament, Mamo, La nena amb dos pares, Ella és el meu papa, L’Edu es disfressa de princesa y Noi noia.
