«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Se han producido disturbios, actos vandálicos y episodios de tensión

Los inmigrantes ilegales acogidos en un hotel de Almería se sublevan para exigir wifi, papeles, trabajo y mejor comida

Inmigrantes ilegales alojados en el hotel ELE Andarax. Redes sociales

La estancia de alrededor de 200 inmigrantes africanos en el hotel ELE Andarax, situado en la calle Santa Fe de Aguadulce (Almería), ha derivado en una cadena de disturbios, actos vandálicos y episodios de tensión que han ido en aumento desde comienzos de 2024, afectando a la convivencia en este establecimiento turístico reconvertido temporalmente en centro de acogida, según avanza OkDiario. El incidente más alarmante se produjo el pasado 21 de mayo, cuando un joven senegalés con orden de traslado protagonizó un enfrentamiento que requirió la intervención urgente de numerosas patrullas de Guardia Civil y Policía Local.

El conflicto estalló cuando el responsable del programa de protección internacional notificó al inmigrante su reubicación en otro centro. La reacción fue inmediata: el joven se atrincheró en su habitación y adoptó una actitud desafiante, negándose a cooperar. A pesar de los intentos de los agentes por calmar la situación mediante un intérprete, la tensión aumentó cuando otros residentes del hotel comenzaron a rodear e increpar a los guardias civiles, obligando a los funcionarios a resguardarse en la misma habitación del individuo para evitar un posible linchamiento.

Ante el aumento de la hostilidad, se activó un despliegue adicional de seguridad. Tras llegar los refuerzos, el joven fue reducido y trasladado al cuartel de la Guardia Civil en Roquetas de Mar. Sin embargo, los altercados continuaron incluso después de la detención. Varios residentes comenzaron a golpear puertas, arrojar mobiliario y volcar papeleras, generando un clima de caos en las instalaciones. Los agentes se vieron obligados a custodiar tanto al personal del hotel como a los trabajadores de la ONG Accem, entidad encargada de la gestión del programa.

Este episodio se suma a otros ya registrados en el mismo emplazamiento. Apenas unos días después de la llegada del grupo, el 11 de enero, se produjo la primera intervención policial a gran escala. Ocho patrullas fueron requeridas para sofocar una protesta organizada por los inmigrantes, quienes mostraron su descontento con la alimentación ofrecida y la falta de conexión a internet, clave para comunicarse con sus familiares.

A mediados de mayo, sin ir más lejos, el hotel volvió a ser escenario de una manifestación espontánea. Un grupo de acogidos salió con pancartas y consignas exigiendo papeles y acceso al mercado laboral. Aunque esta concentración no terminó en incidentes, recuerda a la movilización que tuvo lugar el año anterior en el hotel Alegría de El Toyo, donde medio centenar de personas caminaron hasta la Comisaría de Almería para denunciar retrasos en los trámites de asilo, así como carencias de ropa y recursos.

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