«No supone ningún riesgo para bienes ni personas», dice la policía autonómica.
Los Mossos d’Esquadra aseguran que la competencia para instar a la retirada de la pancarta colgada por unos independentistas en la plaza de Cataluña contra de la presencia del Rey en el homenaje a las víctimas del 17A es del Ayuntamiento de Barcelona, ya que no supone ningún riesgo para bienes ni personas.
En un comunicado, los Mossos sostienen que la retirada de esta pancarta, que anoche colgó un grupo de independentistas en la fachada de un edificio de la plaza de Cataluña, sólo estaría justificada por su parte por «vía de urgencia» si supusiera un peligro para los bienes y las personas.
En este caso, tras constatar que el anclaje de la pancarta no es «deficiente» ni supone ningún riesgo de «caída inminente», la policía catalana considera que la competencia para instar su retirada es municipal, a cargo del consistorio de Barcelona, liderado por Ada Colau, con la apertura del expediente correspondiente.
Los Mossos recuerdan además en la nota que la instalación de una pancarta en un edificio está condicionada a la obtención del correspondiente permiso por parte del Ayuntamiento de Barcelona.
El PP pide la retirada
El líder del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández, ha pedido la retirada «inmediata» de la pancarta contra el Rey que cuelga de la fachada de un edificio de la plaza de Cataluña, donde se celebrará el acto de recuerdo a las víctimas de los atentados del 17A.
El concejal ha criticado a través de su perfil de Twitter que la pancarta infringe la Ordenanza de Paisaje Urbano, además de ser «un insulto para la mayoría de catalanes que se sienten españoles y respetan al Rey».
La pancarta, colgada durante la madrugada, de grandes dimensiones y perfectamente visible desde el lugar donde el Rey asistirá al homenaje a las víctimas de los atentados yihadistas, pone, en inglés «el rey español no es bienvenido en los países catalanes».
El mensaje, escrito en letras negras y rojas sobre un fondo blanco, va acompañado de una imagen del Felipe VI colgando boca abajo.
El separatismo catalán envenena el recuerdo a las víctimas del 17A