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tienen un alto riesgo de delinquir o de sufrir explotación sexual

Los trabajadores de centros de menores de Asturias denuncian fugas continuas

El presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón. Europa Press

Los centros de menores de Asturias tienen un grave problema. Según denuncian tanto los profesionales que trabajan en ellos como las familias de los menores que acogen, el sistema «no funciona». Existen constantes y descontroladas fugas de menores de este tipo de centros. Las fugas, en ocasiones, se llegan a prolongar durante meses. Incluso los policías se han lamentado de «hacer de taxistas» para buscar y devolver a los menores a los centros para que vuelvan a escaparse al día siguiente. En Asturias hay ocho centros de menores de titularidad pública: cuatro de ellos en Oviedo, dos en Gijón, uno en Avilés y uno en Noreña. Y 11 centros de titularidad privada.

De la mano de Médicos del Mundo, en colaboración con el Instituto Asturiano de Atención Integral a la Infancia y Familias, se está llevando a cabo una estrategia innovadora basada en la prevención y sensibilización al fenómeno de la explotación sexual de la infancia y adolescencia, que tanto afecta a los menores tutelados que se fugan, aunque profesionales del sector piden más ambición en este tipo de estrategias porque los menores tienen alto riesgo de delinquir o de sufrir explotación sexual.

Desgraciadamente, y referido a los riesgos de explotación sexual, hay muchos casos de menores que se van conociendo con el paso de los meses. En agosto del año pasado una menor de 14 años escapada de un centro tutelado fue presuntamente agredida en Gijón. Se habla de organizaciones criminales que se dedican a captar a este tipo de menores facilitando «drogas a cambio de sexo«, según atestados policiales y denuncias que aún están pendientes de juicio. En 2022, en Oviedo, una menor tutelada y fugada de su centro fue violada (el condenado conmutó su pena por abandonar el país); en 2020, también en Oviedo, dos acusados de violar a una menor tutelada y fugada fueron condenados.

Y en el ambiente todavía planea el sonado caso de 2022 —aún pendiente de juicio— en el que un presunto agresor sexual agredió a una menor de 14 años tutelada por el Principado que llevaba un mes huida del centro en el que residía y que apareció intoxicada.

Son casos que se van conociendo a cuentagotas ante un problema considerado por los expertos como «muy grave» ya que los residentes en centros de menores tutelados están en «riesgo extremo» de sufrir explotación sexual o de introducirse en el mundo de las drogas.

En Asturias no suele haber centros con más de 30 menores asignados, pero el problema es que en determinados momentos sólo hay dos personas al cargo de todos ellos, con lo que los adolescentes encuentran facilidades para su fuga. Existen casos de menores con 30 o 40 fugas acumuladas en su historial, algunos con meses fuera del centro.

Según los datos del Observatorio de la infancia en Asturias, en 2023 se contabilizaron 900 menores tutelados por el Principado, de los cuales el 50% vivían en acogimiento familiar. De los menores acogidos, 406 tienen edades comprendidas entre los 14 y los 17 años. 

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