El locutor Federico Jiménez Losantos reveló la pasada semana en el programa Es la Mañana de Federico que se reunió con el exministro José Luis Ábalos en su despacho, aunque desde el grupo Libertad Digital declinaron dar más información a LA GACETA.
En una entrevista en Zenda, Losantos ha reconocido que Ábalos, señalado ahora en el «caso Koldo«, la trama centrada en el cobro de comisiones ilegales por la venta de material sanitario durante la pandemia, le invitó a comer. «Me invitó a comer cuando no le votan a Sánchez en la investidura los comunistas y tiene que convocar elecciones de nuevo. Fue en el mes de julio. Nos tiramos como cuatro horas…», ha afirmado. Está hablando de julio de 2019. En noviembre se celebraron nuevas elecciones generales que ganó el PSOE con 120 escaños y Pedro Sánchez conformó el Gobierno de coalición con Podemos.
Losantos exigió al presidente de VOX, Santiago Abascal, y a otros dirigentes entonces del partido una «abstención» frente a Pedro Sánchez. «¿Por qué VOX no ofreció su abstención ya que el PP andaba temblequeando, qué les costaba (…). Primero, a ustedes les legitima más (…) ante la opinión pública. ¿Qué les costaba? Para empezar mañana diciendo Abascal ‘le he ofrecido mi abstención para que usted no pacte con el terrorista Otegui y con el golpista Junqueras, qué más quiere’ (…). Yo es que no lo entiendo», aseveró el presentador días antes de la investidura de Sánchez en enero de 2020.
«Ya que flaquea el PP y no se atreve (Pablo) Casado a ofrecer su abstención (…), se podía haber atrevido Abascal, hubieran dejado peor al Partido Popular (…). Ustedes partirían de una situación infinitamente mejor porque habrían sido los sacrificados», agregó Losantos.
VOX mantuvo su no rotundo a Sánchez e hizo caso omiso a la petición de «abstención patriótica» ante Sánchez de Losantos. Luego denunció los estados de alarma ilegales decretados por el Ejecutivo, el cierre inconstitucional del Congreso de los Diputados, presentó dos mociones de censura, instrumento constitucional con el que trató de frenar la acción lesiva del Gobierno contra la nación y el interés general de los españoles y que el Partido Popular —primero con un «no» y luego con una abstención— no apoyó en ningún caso.
De haber aceptado las exigencias y las presiones del locutor, VOX se hubiera convertido en colaborador necesario de todos los desmanes y ataques de Pedro Sánchez a la unidad de España, a la convivencia y a la prosperidad de todos los españoles. Entonces el dirigente socialista ya pensaba en convertir al brazo político de ETA en su socio preferente, en premiar a los golpistas con indultos y amnistías, en controlar todas las instituciones del Estado, incluido el poder judicial. Tras la investidura, Sánchez no hubiera tardado en abrazarse a todos los enemigos de España, sus aliados naturales.
