El buque humanitario Aquarius se ha despedido de Valencia, donde el pasado domingo desembarcaron los 630 inmigrantes que había recogido frente a la costa libia y parte de los cuales serán derivados a recursos de entidades como Cáritas o centros de protección de mujeres de la Generalitat.
El Aquarius, de la ONG SOS Méditerranée con apoyo de Médicos Sin Fronteras, ha zarpado a las 14.28 horas del puerto de Valencia, camino del Mediterráneo central, a aguas internacionales frente a la costa de Libia y Sicilia.
Las otras dos embarcaciones de la armada italiana, el Dattilo y el Orione, que junto al barco de la organización humanitaria francesa trasladaron a Valencia a los 630 inmigrantes rescatados el pasado día 9 de aguas libias, han salido a las ocho de la mañana de este miércoles.
«El Aquarius va a navegar a la zona de rescate de Libia, que es donde se nos necesita más que nunca», ha manifestado antes de partir el coordinador de rastreo y rescate de SOS Méditerranée, Nicolas Stalla, quien ha añadido que la posibilidad de volver a Valencia «no es el plan» y «no se debería repetir porque lo suyo es ir al puerto más cercano».
Antes de zarpar, la tripulación del Aquarius, que componen 32 personas (nueve de MSF, trece de SOS Mediterranée y diez de la tripulación), se ha despedido con abrazos y muestras de gran emoción del equipo de MSF de Valencia que les ha acompañado desde su llegada, el pasado domingo, al puerto valenciano.
Esta es su actividad en Libia
Durante los meses de octubre y noviembre de 2016 el think-tank conservador Gefira siguió los pasos a varios de ellos, entre los que se encontraba el Aquarius o el Iuventa, buque retenido por las autoridades italianas el año pasado.
El vídeo muestra el trasiego que se traen los barcos. Todos ellos hacen una parada frente a las costas libias, y no en alta mar como siempre sugieren, para recoger a inmigrantes y llevarlos a las costas de Malta o Italia.
‘’Los 15 barcos que hemos observado abandonan puertos italianos, se paran poco antes de alcanzar la costa libia, recogen la ‘mercancía’ humana y regresan a Italia’’, explica Gefira en el vídeo, que cifra en más de 39.000 los inmigrantes trasladados durante esos dos meses por las ONG hasta las costas europeas.
Las 629 víctimas que iban a bordo del buque Aquarius son una prueba más de cómo las mafias operan a sus anchas en las costas libias. El tráfico de personas es un negocio que reporta miles de euros en beneficios trayendo inmigrantes a Europa, con los barcos de las ONG como medios de transporte.
La continua actividad de estas organizaciones en el Mediterráneo produce un efecto llamada que ayuda a las mafias y perjudica a los inmigrantes que se valen de ellas, siendo en último término las víctimas de todo esta situación. La solución a la crisis migratoria debería pasar por resolver los problemas en los lugares de origen y poner coto a los traficantes de seres humanos.
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