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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Nota informativa de la Fundación Nacional Francisco Franco

La hija del General Franco era la presidente de honor de la fundación que protege el legado de su padre. Como no podía ser de otra manera, ante el fallecimiento de Carmen Franco, la Fundación Nacional Francisco Franco ha emitido a los medios una nota de prensa informando de tan triste noticia.
Por su interés, reproducimos íntegramente su contenido:
Fallece Carmen Franco Polo
La FNFF comunica el fallecimiento de su Presidente de Honor,
Doña Carmen de Franco y Polo,
Duquesa de Franco y Grande de España
· Doña Carmen Franco Polo, Duquesa de Franco, falleció el 29 de diciembre en su domicilio por causas naturales.
· «No tengo miedo a nada ni tan siquiera a la muerte», declaró al revelar su enfermedad.
· El lugar de enterramiento será en la Catedral de la Almudena, junto a su marido.
Doña Carmen de Franco y Polo, Duquesa de Franco, Grande de España y presidenta de honor de la Fundación Nacional Francisco Franco, ha rendido su alma a Dios en su domicilio el día 29 de diciembre, acompañada por sus hijos y nietos.
En el último trance, Doña Carmen ha demostrado ser digna hija de su padre. Por un lado, ha confirmado la sentencia del Generalísimo (recogida por José María Pemán en Mis encuentros con Franco): «los Franco somos una familia de longevos». Ella ha superado los 91 años de edad.
Por otro lado, la impasibilidad ante la muerte y la aceptación sosegada de ésta. El general Vernon Walters (Silent Missions) quedó impresionado por la manera sosegada en que en 1971 el Caudillo le explicó qué sucedería en España después de su muerte: «Descendí lentamente las escaleras [de El Pardo] preguntándome cuántos hombres en cualquier etapa de su vida podrían hablar con tanta tranquilidad sobre su propia muerte». Pocos meses antes de su óbito, Dª Carmen había declarado a la periodista Nieves Herrero:
«Aquí estoy, dispuesta a recibir aquello que venga, sin lágrimas, no tengo miedo a nada ni tan siquiera a la muerte, la he visto de cerca muchas veces y la conozco perfectamente. No le tengo miedo, no me pillará quieta.»
En su larga vida, Doña Carmen fue testigo de la historia de España en el siglo XX, en la que nuestra patria pasó de la pobreza y la división a la prosperidad y la concordia.
Nacida el 14 de septiembre de 1926 en Oviedo, en seguida conoció la vida nómada de las familias militares, ya que se trasladó a Zaragoza, donde su padre, joven general que había ganado su prestigio y sus galones en la guerra de Marruecos, fue nombrado director de la Academia General Militar de Zaragoza. Con menos de cinco años de edad, asistió al derrumbe de la Monarquía de Alfonso XIII y con ocho ya cumplidos a la Revolución de Octubre de 1934, en que la izquierda trató de conquistar el poder mediante un golpe de Estado y su padre contribuyó a reprimir cumpliendo las órdenes del Gobierno legítimo. En la primavera y el verano de 1936, ella y su madre se mudaron a Canarias, nuevo destino del general Franco en la Comandancia General militar del archipiélago canario, y los tres sufrieron un atentado terrorista por parte de la izquierda. A los diez años recién cumplidos, su padre fue elegido ―1 de octubre de 1936— jefe del Estado y Generalísimo de los Ejércitos.
Desde 1939, su vida transcurrió en el Palacio de El Pardo, sitio real que Don Francisco Franco escogió como residencia oficial y privada, hasta su boda. Contrajo matrimonio el 10 de abril de 1950 en la capilla de El Pardo con el cirujano Cristóbal Martínez-Bordiú, X Marqués de Villaverde. Su marido falleció en 1998. Trató a la primera dama argentina, Eva Duarte de Perón, cuando vino a España (1947) y a otros dignatarios internacionales. Conoció íntimamente al infante Juan Carlos de Borbón y Borbón, al que su padre propondría a las Cortes como su sucesor a título de rey, y a la princesa Sofía de Grecia.
Desde la muerte del Generalísimo y la proclamación de Juan Carlos I en 1975, doña Carmen guardó una admirable discreción en la política y la vida social. En estos 42 años ha concedido algunas entrevistas, en las que explicaba el lado humano e íntimo de su padre.
La primera de ellas la realizó el célebre autor teatral Alfonso Paso para el diario El Alcázar, que la publicó el 26 de marzo de 1976, en la que la Duquesa explicaba su intervención en la elaboración por el Caudillo de su último mensaje a los españoles. En otra de ellas, en el nº 57 (1992) del Boletín de la FNFF, subrayó a los periodistas Félix Morales y Manuel Jiménez Quílez el interés del Generalísimo en las repoblaciones forestales.
«Se preocupaba por todo, pero ponía un acento especial en sus deseos de repoblar de árboles las zonas desforestadas. Llevaba un cuadernito con notas sobre las tierras por las que pasábamos, con detalles minuciosos y sobre todo de las zonas desforestadas, cuya comprobación le permitía después señalárselo a los organismos competentes.»
En 2008, se publicó Franco, mi padre, libro elaborado mediante largas entrevistas mantenidas el año anterior por la Duquesa con los historiadores Stanley Payne y Jesús Palacios. En este libro, enjuició así la obra del Caudillo:
«Yo soy su hija, pocas sombras le voy a dar. Y las luces más importantes yo creo que fueron elevar el nivel de vida, la seguridad social, preocuparse mucho de la gente para poder crear una clase media que hoy existe y que antes de mi padre no existía. Eso es lo más importante que consiguió.»
Doña Carmen se encontraba en el Hotel Corona de Aragón, cuando en julio de 1979 se produjo un incendio —declarado intencionado por el Tribunal Supremo en una sentencia dictada en 2009, contra la versión oficial del accidente— en el que murieron 83 personas.
Madre de siete hijos, nacidos entre 1951 y 1964 y diecisiete nietos, sufrió la desgracia del fallecimiento de uno de éstos, Francisco de Asís de Borbón y Martínez-Bordiú, en accidente de tráfico en 1984.
El Rey Juan Carlos I le concedió el Ducado de Franco, con Grandeza de España. En el Real-Decreto, publicado en el BOE de 27 de noviembre, el anterior monarca justifica la concesión de la siguiente manera:
«Deseando dar una muestra de mi Real aprecio a doña Carmen Franco Polo, Marquesa de Villaverde, y en atención a las excepcionales circunstancias y merecimientos que en ella concurren…»
Será enterrada en el Cementerio de El Pardo, en el panteón familiar donde ya reposa su madre, fallecida en febrero de 1988.
Entre las anécdotas de su vida podemos destacar que la Duquesa era la española con el DNI con la numeración más baja, ya que al elaborarse este documento se le asignó el número 3, detrás de sus padres; el rey emérito Juan Carlos I tiene el número 10. Otra anécdota ocurrió durante la entrevista entre su padre y Adolf Hitler, en octubre de 1940: el Generalísimo, que temió ser secuestrado por los alemanes hasta el punto de dejar nombrada una regencia, pidió a su familia que permanecieran en El Pardo, exponiendo al Santísimo en su Capilla y turnándose durante todo el tiempo en el que duró su ausencia, rezando por la paz de España.
La Fundación Nacional Francisco Franco solicita a todos los españoles, y en especial a nuestros simpatizantes, una oración por el alma de nuestra Presidente de Honor.

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