La última vez que la mujer del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, se dejó ver en público fue el 30 de noviembre de 2024, durante el 41º Congreso Federal del PSOE celebrado en Sevilla. Aquel día, la esposa de Pedro Sánchez sorprendió con su presencia en el evento socialista, donde fue recibida con vítores, aplausos y muestras de apoyo, como si de una celebridad política se tratara. En declaraciones exclusivas a Vozpopuli, se mostró tranquila y confiada: «El tiempo lo pondrá todo en su sitio».
Inicialmente, todo cambió el 26 de abril de 2024, cuando el Juzgado de Instrucción nº 41 de Madrid admitió a trámite una denuncia de Manos Limpias contra Gómez. La acusación, basada en informaciones periodísticas, apuntaba a un supuesto tráfico de influencias y corrupción en los negocios. La causa adquirió de inmediato una dimensión política, golpeando directamente el círculo más cercano al presidente en un contexto ya tenso por el estallido del caso Koldo.
Lejos de simplificarse, la investigación se ha ido ampliando. En 2025, el juez ha citado a representantes de empresas tecnológicas, patrocinadores de la cátedra de Gómez y colaboradores universitarios. La lupa se ha extendido al entorno académico y también al político. Este mismo mes, el juez imputó al delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, por la contratación de una asesora vinculada a Gómez. Martín niega irregularidades y ha recurrido la imputación.