La gran pregunta del arranque de este nuevo año es si Pedro Sánchez logrará sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado. Si lo consigue, podría asegurar la estabilidad de la legislatura hasta 2027. Sin embargo, convencer a Carles Puigdemont para que apoye las cuentas parece ser el mayor obstáculo. Entre los diversos aliados del Gobierno en el Congreso, Junts se perfila como el más renuente, aunque Podemos también ha expresado sus demandas.
La negociación entre las fuerzas políticas todavía no ha comenzado de manera formal, pero las apuestas están divididas. Un amplio sector de analistas considera que las cuentas no serán aprobadas, mientras que otros creen que Puigdemont podría ceder al final y apoyar los presupuestos. La opinión pública también es contundente: una mayoría de españoles cree que un Gobierno sin Presupuestos no puede gobernar y que la mejor salida serían elecciones anticipadas. Siete de cada diez ciudadanos apoyan esta postura, y sólo uno de cada cuatro estaría de acuerdo con prolongar la legislatura sin presupuestos.
El respaldo a unas elecciones en caso de bloqueo presupuestario es especialmente alto entre los votantes del PP (96,2%) y VOX (94,4%). En la izquierda, un 23,1% de los seguidores del PSOE y un 5,7% de los votantes de Sumar también se alinean con esta idea, según una encuesta de Hamalgama para Vozpópuli.
Desde noviembre de 2022, cuando se aprobaron los últimos Presupuestos Generales del Estado, el Gobierno ha funcionado bajo dos prórrogas consecutivas. Esta situación se ha convertido en un freno para la acción legislativa, que depende en gran medida de este instrumento. En un principio, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, justificó la falta de avances por el contexto político en Cataluña, marcado por las elecciones de mayo y la tensión con los partidos separatistas.
Actualmente, el principal escollo es la posición de Puigdemont. Desde Waterloo, el líder de Junts ha exigido a Sánchez que se someta a una cuestión de confianza como condición para abrir negociaciones. Aunque después relajó su postura y pidió que el Congreso tramitara una iniciativa de su partido sobre la cuestión de confianza, esta propuesta fue archivada por la presidenta de la Cámara Baja, Francina Armengol. El desenlace de este conflicto político se conocerá en las próximas semanas.
El malestar de Puigdemont ha crecido debido a la falta de aplicación de la ley de amnistía. Mientras tanto, Pedro Sánchez evalúa alternativas para continuar gobernando incluso sin contar con presupuestos. Ya ha expresado su intención de agotar el mandato con o sin el apoyo del legislativo.