Un enfermo llamado Juan Carlos recibió el alta el pasado lunes a las 10:30 de la mañana el pasado lunes en el hospital de Urduliz, perteneciente al sistema de salud público vasco. Según informa el diario vasco El Correo este enfermo de cáncer de páncreas terminal llevaba una semana ingresado y era enviado a su casa para recibir paliativos. Para poder regresar a casa a morir necesitaba una ambulancia ya que hace 22 años sufrió un infarto cerebral que le dejó paralizado casi todo el cuerpo.
Su familia denuncia ahora en el mismo medio que la ambulancia tardó más de 30 horas en llegar —lo hizo el martes por la tarde—, y además lo hizo solo con un operario. Fue necesario la ayuda de personal del hospital para que se pudiese montar Juan Carlos. Sus propios allegados tuvieron que subirlo desde la calle ya que no había enfermeros para hacerlo.
La familia denuncia en El Correo que el hecho de tener que esperar más de 30 horas por una ambulancia con un paciente terminal que no se puede mover para poder regresar a su casa les parece «toda una indecencia». Y piden que el Osakidetza corrija estos errores, sostienen.
