«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Servicios Sociales le concedió la vulnerabilidad automáticamente a su okupa

Una propietaria consigue expulsar a sus okupas al aprovechar los seis días de derogación del decreto ‘ómnibus’

Inma, la murciana que ha recuperado su vivienda. Redes Sociales

Una propietaria ha conseguido expulsar a sus okupas aprovechando los seis días de impasse del decreto ómnibus, que fue rechazado y una semana después respaldado por PP y Junts. En medio de la desesperación de miles de afectados que seguirán sin poder recuperar sus viviendas, el caso de Inma, una mujer de Murcia, se ha convertido en una excepción en un escenario desolador. Gracias a la rapidez del juez que llevó su caso, logró recuperar su casa tras cuatro años y tres meses de lucha.

«Estoy muy feliz, pero a la vez me siento fatal», admite en declaraciones al diario LibreMercado, todavía asimilando lo ocurrido. «Nos ha costado muchísimo sufrimiento, pero estuvimos en el lugar y momento adecuado. Aun así, hay mucha gente que sigue atrapada en esta pesadilla y este nuevo decreto es otro mazazo».

Su calvario comenzó en 2020, cuando junto a su marido comunicó a su inquilina que necesitaban la vivienda por motivos laborales. Como alternativa, le buscaron otros pisos, pero los rechazaba todos con excusas como la falta de trastero o la distribución de los dormitorios. Finalmente, cuando le informaron de que procederían a denunciarla, la mujer recurrió a una argucia legal: «Me han dicho que si me declaro vulnerable, nadie me podrá echar», les advirtió.

Así fue como el proceso judicial se paralizó en febrero de 2021, sin siquiera darles derecho a juicio. Servicios Sociales le concedió la vulnerabilidad automáticamente, sin comprobar si realmente cumplía los requisitos, lo que bloqueó cualquier intento de desalojo. Durante más de dos años, Inma y su familia se vieron obligados a seguir manteniendo los gastos de la vivienda mientras se les negaba cualquier posibilidad de recuperar su propiedad.

Cansada de la incertidumbre, decidió investigar y descubrió que Servicios Sociales no revisa de oficio la situación de quienes reciben la vulnerabilidad. «Me dijeron que una vez concedida, nadie la vuelve a comprobar, aunque la persona gane cuatro veces el mínimo exigido o incluso le toque la lotería», explica con impotencia.

Con esta información, sus abogados lograron que el juez solicitara una revisión del caso. Tras una larga batalla legal, se descubrió que la inquilina nunca presentó la documentación requerida y que sus ingresos superaban con creces el límite establecido. Finalmente, el magistrado dictaminó su desalojo inmediato.

Este miércoles, Inma recuperó sus llaves, instaló una alarma y tomó una decisión firme: jamás volverá a alquilar. «Voy a vender mi casa mañana mismo, no espero ni un día más», asegura. «No volveré a alquilar ni tampoco recomendaría denunciar, porque esto se enquista. No soy un escudo social. Trabajo para mantener a mi familia, no a otra persona».

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