Estados Unidos puede tener en sus monedas el lema «In God We Trust» y ser hasta hace poco la sociedad más religiosa del Occidente desarrollado, pero su política exterior financia la expansión del ateísmo más allá de sus fronteras, para pasmo de la oposición republicana, mayoritaria en la Cámara de Representantes.
Es esta una administración curiosa. Es presidente es un anciano que se define como «católico devoto» y, a la vez, radicalmente proaborto, y la Policía federal, el FBI, investiga en secreto a los católicos tradicionalistas.
Mike McCaul, diputado republicano y presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, y su colega Chris Smith, que encabeza el subcomité de derechos humanos, investigan una subvención del Departamento de Estado de 2021 para expandir la influencia de ateos y humanistas en Medio Oriente y África del Norte.
El programa, dicen, podría vulnerar la Constitución, que prohíbe favorecer una religión específica. McCaul y Smith enviaron la semana pasada una carta a Erin Barclay, subsecretaria interina del Departamento de Estado para la Oficina de Democracia, Derechos Humanos y Asuntos Laborales, y a Rashad Hussain, el embajador en misión especial de Estados Unidos para la libertad religiosa internacional, acusando a ambos de «incumplimiento continuo» de sus solicitudes de documentos con respecto al programa de ateísmo. «Escribimos una vez más para preguntar por qué a Estados Unidos le interesa promover el ateísmo en el extranjero y por qué el departamento se niega a proporcionar ciertos documentos que arrojan luz sobre esa decisión equivocada», escribieron.
En concreto se oponen los firmantes a la decisión del Departamento de Estado de abril de 2021 de solicitar ofertas para una subvención de 500.000 dólares titulada «Promoción y defensa de la libertad religiosa inclusiva de individuos ateos, humanistas, no practicantes y no afiliados». La notificación establece que los programas de los beneficiarios deben diseñarse para impactar a dos o tres países de Asia meridional y central o Medio Oriente y África del Norte.
La subvención finalmente fue a Humanists International (HI), una organización destinada a promover el humanismo, una perspectiva y un sistema de pensamiento que otorga una importancia primordial al esfuerzo humano en lugar de poderes divinos o sobrenaturales.
Además de promover el humanismo y el ateísmo en el extranjero, HI tiene estrechos vínculos con organizaciones miembros que participan en litigios estadounidenses para promover el humanismo a nivel nacional, señalaron los republicanos. Estas organizaciones incluyen la Asociación Humanista Americana, o AHA, que comparte una oficina en Washington, DC con HI y American Atheists.
