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Continúa la aplicación de la agenda LGTBI

La Administración Biden quiere obligar a los padres adoptivos a «reafirmar» el género con el que se «identifiquen» sus hijos

La subsecretaria de Sanidad del Gobierno de Estados Unidos (trans), Rachel Levine. Europa Press

La propuesta de la Administración Biden exigiría a las familias de acogida usar los nombres y pronombres elegidos por los niños y permitirles vestirse del modo en mejor vean representada su «identidad y expresión de género autoidentificadas».

Es más de lo mismo en esta demencial imposición de la agenda LGTBI, llevando al paroxismo la confusión de género de los niños, con consecuencias potencialmente devastadoras a medio y largo plazo. El pasado jueves, la Administración para Niños y Familias (ACF), una rama del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) de Estados Unidos, publicó una propuesta para «especificar los pasos que las agencias de adopción deben tomar al implementar el plan de caso y los requisitos de revisión de casos para niños» que se identifiquen como lesbianas, gais, bisexuales, transgénero, queer o intersexuales, así como niños no binarios o con una identidad o expresión de género no conforme a la regla».

«Una organización dedicada a la adopción que intentara socavar, suprimir o cambiar la orientación sexual, la identidad de género o la expresión de género de un niño, incluso mediante el uso de la llamada ‘terapia de conversión’, se considerará insegura e inapropiada, reza la propuesta. La norma argumenta, siguiendo la línea impuesta por la administración, que los esfuerzos para ayudar a los niños a aceptar su sexo o heterosexualidad «son prácticas inapropiadas, ineficaces y dañinas que no se deben brindar a los niños y adolescentes».

«Para que se considere una ubicación segura y apropiada, se espera que el proveedor utilice los pronombres identificados del niño, el nombre elegido y permita que el niño se vista de una manera apropiada para su edad que el niño crea que refleja su identidad y expresión de género autoidentificada», continúa la propuesta.

No hacerlo calificaría a un proveedor como alguien «que limita o niega irrazonablemente la capacidad de un niño para expresar su orientación sexual, identidad de género o expresión de género» y haría a la agencia del hogar de acogida responsable de «no ubicar a los hijos LGTBI+» con esa familia, según el texto.

Además, la propuesta recomienda garantizar que los niños de acogida confusos con respecto a su identidad de sexo «tengan acceso a una variedad de servicios y actividades que aborden sus necesidades específicas de salud y bienestar», incluido «el acceso a servicios de salud conductual respetuosos de su identidad LGTBI+, interactuando con mentores y compañeros LGTBI+, uniéndose y participando en grupos de afinidad, y conectando al niño con recursos y eventos de apoyo LGTBI+ disponibles».

La propuesta también abre la puerta a exigir a las familias de acogida que acepten intervenciones hormonales y quirúrgicas para niños con confusión de género al afirmar vagamente que los servicios necesarios «incluyen atención de salud mental y conductual clínicamente apropiada que apoye su orientación sexual e identidad y expresión de género según sea necesario». Esto se define únicamente como prácticas que «se basan en evidencia y estándares de atención médica generalmente aceptados». 

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