«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Tras cuatro días sumando votos

Los demócratas mantienen el control del Senado y todavía pueden conservar la Cámara de Representantes

Tras cuatro días sumando votos, se consumó lo previsible desde que en la madrugada del martes al miércoles se detuviese el recuento: el Partido Demócrata mantiene el control del Senado de los Estados Unidos, después de que la senadora Catherine Cortez-Masto haya sido declarada ganadora en Nevada sobre el republicano Adam Laxalt, que lideró la elección hasta más allá del 90% escrutado.

Los demócratas ahora tienen 50 escaños frente a los 49 de los republicanos, con un asiento aún por decidir en Georgia, donde el próximo 6 de diciembre se celebrará una segunda vuelta entre el republicano Herschel Walker y el senador demócrata Raphael Warnock. Pase lo que pase en el estado sureño, incluso aunque Walker ganara, los demócratas aún tendrían el control de la cámara baja por el voto de calidad de la vicepresidente Kamala Harris, que también preside el hemiciclo.

«Los votantes de todo el país han brindado un rotundo respaldo a la mayoría demócrata en el Senado», ha declarado el presidente del Comité de Campaña Senatorial Demócrata, el senador Gary Peters. «Estos resultados históricos en carrera tras carrera hablan por sí mismos y reflejan la fortaleza de nuestros candidatos, la popularidad del mensaje de los demócratas del Senado al pueblo estadounidense y el rechazo al extremismo propugnado por el Partido Republicano. Ahora nuestro trabajo continúa en Georgia. para asegurar que Herschel Walker sea derrotado y el reverendo Warnock sea reelegido».

La importancia del Senado

En las elecciones de medio mandato del martes —o, más bien, que comenzaron el martes y todavía siguen—, los republicanos defendieron 21 escaños, mientras que los demócratas tuvieron que defender sólo 14. Tres de las cuatro contiendas más reñidas por el Senado contaron con un vencedor demócrata, en una tendencia comparable a la de las evidentemente fraudulentas elecciones presidenciales de 2020. Otra vez Pensilvania, Arizona, Nevada y Georgia.

En campaña, los candidatos republicanos centraron sus mensajes en los temas que creían que más les importaban a los votantes, incluido el aumento de la delincuencia, la inflación descontrolada y la crisis de la frontera sur.

Los demócratas se centraron en las protecciones para el aborto después del fallo de verano de la Corte Suprema que anuló la sentencia Roe v. Wade, que consagraba el aborto como un derecho constitucional. El partido también se centró en reivindicar la limpieza de las elecciones —antes de que aconteciesen— y Joe Biden declaró justo antes de las elecciones que los «republicanos MAGA» que promovieron la «gran mentira» del expresidente Trump sobre las elecciones de 2020 y participaron en la intimidación de los votantes son una «amenaza» para la democracia.

La contienda por el Senado, ya decidida, ha sido la elección más importante de todas las celebradas en el supermartes de las Midterm. Por sus atribuciones constitucionales, una mayoría en la cámara baja se traduce, entre otros poderes, en el control formal —sobre todo formal— de las declaraciones de guerra y en la elección de los nuevos jueces de la Corte Suprema.

La Cámara de Representantes aún no está decidida

El nuevo Congreso de los Estados Unidos prestará juramento oficial en el Capitolio de Washington a mediados del próximo mes de enero. También la Cámara de Representantes.

Los republicanos aún mantienen esperanzas de controlar la cámara baja pero, aunque desde el martes parecen estar en camino de hacerlo, el parón en el recuento cambió la tónica y su ventaja se reduce a un ritmo más rápido del que presenta su avance hacia los 218 escaños que marcan la mayoría absoluta.

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