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consideran que se centra en la «condición blanca»

Maestros del estado de Washington intentan prohibir la novela ‘Matar a un ruiseñor’

Adaptación al cine de 'Matar a un ruiseñor'.

Durante mucho tiempo, Matar a un ruiseñor, la novela de Harper Lee luego llevada al cine, se ha considerado un manifiesto contra el racismo. Pero la espiral woke no se detiene, y ahora incluso esa obra que antes alababan todos los progresistas se ha vuelto «problemática» y conviene no dejarla al alcance de los niños.

Los profesores del distrito escolar de Mukilteo, en el estado de Washington, se han propuesto prohibir este clásico en los colegios, calificando la novela de 1960 como «anticuada y dañina», informa el Washington Post.

Ambientado en el sur profundo durante la Gran Depresión, el libro aborda temas de injusticia racial, roles de género y violación, por nombrar algunos. Si bien recibió el Premio Pulitzer de ficción de 1961 y fue votado como el mejor libro de los últimos 125 años por los lectores del New York Times en 2021, ha sido criticado durante mucho tiempo por el uso de insultos raciales por parte de los personajes, y los críticos también sugieren que la novela se basa en estereotipos.

El artículo del Post señala que «los estudiantes compartieron su malestar por la forma en que la novela de 1960 sobre la injusticia racial retrata a los negros», y agrega: «Un adolescente negro dijo que el libro tergiversaba su experiencia y la de otros afroamericanos… Otra se quejó de que la novela no la conmovía, porque no está escrita sobre ella… ni para ella».

Los maestros presentaron una moción impugnando que se incluya la novela en la lista de libros aprobados y lograron que la eliminaran de las clases de noveno grado.

«Matar a un ruiseñor se centra en la condición blanca«, escribieron los profesores, y afirmaron además que «presenta una barrera para comprender y celebrar un auténtico punto de vista negro en la literatura de la era de los derechos civiles y debería eliminarse».

Los comentaristas señalan que si bien la novela puede contener temas «difíciles», tiene un lugar en la historia, y añaden que no se trata de material sexual explícito ni de pornografía gay, algo que ha sido cuestionado en muchas escuelas, lo que ha llevado a los izquierdistas a acusar paradójicamente a los conservadores de impulsar la censura de libros.

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