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El Gobierno no está tomando medidas para paliar estos problemas, muy al contrario

Pobreza, crisis de vivienda, inseguridad… el ‘annus horribilis’ que ha dado Biden a EEUU

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Europa Press

Si los estadounidenses, que en 2024 tendrán que elegir a su presidente para los próximos cuatros años, toman la decisión siguiendo la clásica pregunta electoral («¿estoy peor o mejor que hace cuatro años?»), las probabilidades de victoria de Biden deberían tender a cero.

Y es que el año que ahora acaba no ha sido precisamente bueno para los ciudadanos del país más poderoso de la tierra. Factores que uno no esperaría encontrar en la próspera Norteamérica, como el hambre y la falta de vivienda, se han disparado, la tasa de suicidio sigue aumentando a un ritmo más preocupante y en las calles el caos se está convirtiendo en un fenómeno usual. Bienvenidos a los Estados Unidos del Partido Demócrata.

Muchos de estos fenómenos no suelen ser noticia porque no suceden en un día, y porque las estadísticas rara vez lo son, pero las clases menos favorecidas en Estados Unidos están al borde de la pobreza. USA TODAY anunciaba hace un mes algo parecido a una hambruna. «Los responsables de los bancos de alimentos de todos los rincones del país han confesado a USA TODAY que las despensas de sus vecindarios atienden a más personas y utilizan menos recursos, mientras las presiones económicas continúan devastando los presupuestos de los estadounidenses de bajos ingresos y de los proveedores de servicios por igual», se lee en el artículo.

Susannah Morgan, presidenta del Banco de Alimentos de Oregón, señala al rotativo que se trata de «la peor tasa de hambre de mi carrera. Es tan grande que resulta difícil de explicar». Uno de cada cinco niños estadounidenses no tiene suficiente comida para comer.

Mientras, la crisis de la vivienda crece al ritmo más rápido jamás registrado. Las personas sin hogar han aumentado un espectacular 12%, informan funcionarios federales. Alrededor de 653.000 personas se encontraban sin hogar al empezar el año, la cifra más alta desde que existen registros fiables.

Y no es por falta de trabajo; es que la mayoría de los estadounidenses viven de sueldo en sueldo, sin un colchón de ahorro para cuando las cosas van mal. A esto hay que sumar una nueva epidemia: la soledad, lo bastante grave como para provocar la intervención de las autoridades sanitarias.

En cuanto a la inseguridad en las calles, la situación no es mejor, todo lo contrario. El robo en tiendas se ha disparado exponencialmente en las grandes ciudades desde 2019. En Nueva York, este tipo de delitos aumentaron un 64%; el 61% en Los Ángeles y el 44% en Virginia Beach.

Sumemos a este panorama las hordas de inmigrantes ilegales que entran en oleadas sin precedentes por el coladero de la frontera sur. El caos en las calles se ha convertido en una situación casi constante en Estados Unidos.

Lo peor es que el Gobierno no está tomando medida alguna para paliar estos problemas exasperantes, muy al contrario.  

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