Según las encuestas más optimistas para el Partido Demócrata, ocho de cada 10 votantes negros optarán por Kamala Harris en las elecciones presidenciales del próximo 5 de noviembre, lo que supone un aumento respecto al 74% que apoyaba a Biden en el momento de su renuncia a revalidar su estancia en la Casa Blanca
En cambio, ese ocho de cada 10 representa un descenso notable desde el 90% de voto negro que el demócrata obtuvo en 2020, por lo que la caída, aunque pequeña teniendo en cuenta que la población negra no alcanza el 15% del total, preocupa. Sin duda, Harris obtendrá una abrumadora mayoría entre los votantes afroamericanos, consideran en su equipo que tal vez no será suficiente.
La erosión del apoyo a Harris proviene sobre todo de los varones de mediana edad que, atraídos por Trump o no, están dispuestos a castigar el incumplimiento habitual de las promesas electorales demócratas. Un 40% de los votantes negros menores de 30 años considera que es más probable que el Partido Republicano cumpla sus compromisos.
El apoyo de las mujeres negras a la todavía vicepresidente es más firme: alcanza el 83%, mientras un 12% apoyará a Trump y con un 5% aún no sabe —o no dice— qué hará con su voto.
Nueva estrategia demócrata
En un acto reciente en Pittsburgh, Barack Obama apeló directamente a los hombres negros sobre el apoyo a Harris, sugiriendo que a muchos «simplemente no les agrada la idea de tener a una mujer como presidente», al tiempo que les animó a votarla por su color de piel.
En un intento de «recuperar» el apoyo de los hombres negros de mediana edad que optarán por Trump o por quedarse en casa el próximo 5 de noviembre, el equipo de Harris ha iniciado una gira por colegios y universidades históricamente negros, y durante el fin de semana llevará a cabo una campaña de captación de votantes religiosos negros en los famosos swing States.
Como parte de la estrategia del Partido Demócrata para atraer el voto negro, Harris ha prometido favorecer la legalización de la marihuana en todo el país y «estudiar» la aplicación de las llamadas «reparaciones». Es decir, la transferencia de rentas de estadounidenses blancos a estadounidenses negros a través del cobro de impuestos para paliar la «desigualdad multigeneracional como resultado directo de la esclavitud».
Cuestión de confianza
En lo personal, los votantes negros tienen una opinión mucho más favorable de Harris que de Trump. El 75% considera que la vicepresidente Harris haría un mejor trabajo manejando los temas importantes para ellos, mientras que un 17% confía más en Trump.
Al descender a asuntos concretos, la división se acrecienta al apreciarse un alineamiento entre las propuestas de Donald Trump y las opiniones de los electores negros, en especial las de los varones.
En política exterior, el 56% piensa que el Gobierno de los Estados Unidos debería prestar menos atención al extranjero y concentrarse en los asuntos nacionales, una postura más cercana a las opiniones de Trump que a las de Harris.
Sobre la inmigración ilegal, un 40% de los votantes negros está a favor del muro fronterizo que promete Trump, mientras que un 41% apoya la deportación de quienes se encuentre en el país de manera ilegal.
En lo relativo a la inseguridad, un 47%, una mayoría, cree que la delincuencia en las grandes ciudades se ha descontrolado como sostiene Trump, al tiempo que un 42% considera que se trata de un problema importante en las grandes ciudades.
De nuevo la economía
Entre los asuntos concretos, la economía es el talón de Aquiles de Kamala Harris, y con los estadounidenses negros no supone una excepción. Casi tres cuartas partes, que la tienen como su primera preocupación, valoran su situación como regular o mala. Más de siete de cada diez votantes negros han recortado sus gastos en alimentación a causa de la subida de precios.
El 78% considera que en los Estados Unidos la raza seguía planteando obstáculos significativos para prosperar, y de ellos, el 21% opina que el Partido Demócrata carece de soluciones.