«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
el expresidente publica en twitter por primera vez desde 2021

Trump califica su arresto de «injerencia electoral» y anima a sus seguidores a «no rendirse nunca»

Foto policial del expresidente de Estados Unidos Donald Trump. Europa Press
Foto policial del expresidente de Estados Unidos Donald Trump. Europa Press

El insólito espectáculo de un presidente de Estados Unidos arrestado por la Policía, como lo acaba de ser Donald Trump, con su ingreso en la prisión del Condado de Fulton, en Georgia, es un rubicón que la democracia norteamericana acaba de cruzar: ya nada volverá a ser igual.

Después de entregarse voluntariamente en respuesta a una serie de cargos por delitos graves relacionados con sus presuntos esfuerzos para anular las elecciones presidenciales de 2020, Trump publicó en Twitter/X por primera vez desde 2021 para compartir una imagen de su fotografía policial junto con un mensaje desafiante: «¡INJERENCIA ELECTORAL! ¡NUNCA OS RINDÁIS!«. Su esperado regreso a Twitter -ahora X- no ha podido ser más épico. Y la foto de su ficha policial, pueden apostar la granja, se convertirá en el cartel electoral más efectivo de la historia. Trump ya está vendiendo camisetas con su foto policial.

«Es injerencia electoral», repitió a los periodistas congregados en el aeropuerto de Atlanta, antes de su partida. «Quiero agradeceros que hayáis venido. No he hecho nada malo en absoluto. Y tenemos todo el derecho, todo el derecho del mundo, a cuestionar unas elecciones que juzgamos deshonestas. Así que pensamos que han sido muy deshonestas».

Muchos comentaristas advierten que este evento hace irreversible la candidatura republicana de Trump. Puede Vivek Ramaswami, ya número dos en las encuestas de intención de voto de las primarias republicanas, aunque a insalvable distancia de Trump, ser el aspirante más inteligente y con el programa más claro; puede el gobernador de Florida, Ron DeSantis, tener el mejor historial de gobierno conservador: da igual. A partir de ahora, optar por cualquier otro aspirante republicano sería, para una gran masa de votantes conservadores, permitir la instrumentalización de la justicia de que hace gala la administración demócrata y consentir con la destrucción de las instituciones. Es Trump o la sumisión a la agenda globalista.

Por otra parte, muchos se dan cuenta de que la vejación de Trump, el acoso constante al que ha sido sometido, le forzará, si llega a la Casa Blanca, a cumplir esa promesa central de su campaña que traicionó en su primer mandato: drenar la ciénaga. Porque ahora es personal; porque ahora es consciente de que van a por él. Por eso la palabra clave de su campaña es la que anunció hace unos meses: venganza.

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