El número de ataques con cuchillo que hieren de gravedad a los alemanes lleva años multiplicándose: de los 10.101 en 2021 se ha pasado a los 13.844 en 2023. El lugar en el que más se ha notado este potencial incremento ha sido las estaciones de tren, donde las cifras se han duplicado y en muchos casos han acabado con la vida de personas.
Un ejemplo de esta preocupante tendencia que en 2024 está batiendo todos los récords se dio en enero, cuando un individuo atacó a varios pasajeros en un tren regional que viajaba de Kiel a Hamburgo, asesinando a dos personas antes de llegar a la estación de Brokstedt. En febrero, durante la tradicional procesión del Lunes de las Rosas en Fulda, dos agresores hirieron a cuatro personas. En junio, un agente de policía perdió la vida al intentar detener un ataque con un cuchillo dirigido contra el activista Michael Stürzenberger.
Estos ataques presentan un desafío significativo para las fuerzas de seguridad. Los «lobos solitarios», como se les suele llamar, emplean este método debido a su facilidad de ejecución, ya que no requiere planificación compleja ni conexiones con grupos organizados, lo que dificulta su prevención.
La Oficina Federal de Estadística de Alemania no incluye la nacionalidad de los agresores en sus datos sobre ataques con cuchillo, lo que impide correlacionar directamente este aumento con la presencia creciente de inmigrantes ilegales. Sin embargo, algunos estados federales, como Baden-Württemberg, sí recopilan esta información, que revela que la práctica es llevada a cabo sobre todo por atacantes de origen islámico y subsahariano. El gobierno de este estado ha señalado que el aumento de ataques con cuchillo por parte de extranjeros es una «señal de alarma».