«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
se dieron cita más de sesenta ponentes internacionales

Ecos de la CPAC de Hungría: otra manera de ser europeos

The Center (@alapjogokert). Twitter

La semana pasada, Hungría acogió por segunda vez una Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, por sus siglas en inglés) en Europa, en la que se dieron cita más de sesenta ponentes internacionales de los cinco continentes. Esta superó con creces a la de la primera edición, tanto en número de asistentes como en el peso de sus ponentes.

Destacó el contingente estadounidense, encabezado por un vídeo de Donald Trump, y con la participación de políticos y expolíticos del Partido Republicano como Rick Santorum y Bob McEwen, y personalidades de los medios de comunicación como Ben Ferguson o Tucker Carlson, si bien tuvo un papel protagonista la periodista Kari Lake, que también fue candidata como gobernadora de Arizona en 2022. Ella fue la ponente de honor en la cena de gala junto con la presidente de Hungría, Katalin Novak.

También es de resaltar la participación de líderes conservadores internacionales como Santiago Abascal, Eduardo Bolsonaro (Brasil), André Ventura (Portugal) y Eduardo Verástegui (México), así como numerosos políticos nacionales y del entorno europeo, donde el partido de los Conservadores y Reformistas Europeos tuvo la mayor representación con la participación de eurodiputados como Jorge Buxadé, Hermann Tertsch, Rob Roos o Vincenzo Sofo, si bien también acudieron destacados miembros del partido Identidad y Democracia como Jordan Bardella.

Por último, merece la pena señalar la presencia de numerosas organizaciones de la sociedad civil conservadora y provenientes de ámbitos educativos (como el Mathias Corvinus Collegium o el Collegium Intermarium), editoriales (como The European Conservative y The Hungarian Conservative) o del ecosistema de los think tanks tanto del contexto estadounidense —algunos históricos como la Fundación Heritage, y otros nacidos al calor del fenómeno Trump, como Republicans for National Renewal— como europeo, como el Instituto Ordo Iuris (Polonia), o el Centro de Estudios Políticos y Estratégicos Maquiavelo (Italia).

Tanto en la edición de 2022 como en la de este año, la mayoría de los medios de comunicación se ha referido a la CPAC en Hungría como un encuentro de personalidades de extrema derecha en defensa de postulados antioccidentales. Sin embargo, estas dos afirmaciones no reflejan fielmente la realidad.

En primer lugar, los ponentes y organizaciones que acudieron al llamamiento de la CPAC en Hungría proceden de contextos muy diversos y reflejan asimismo sensibilidades políticas e ideológicas distintas. Lo que los une, en cambio, es una visión antropológica y de la sociedad común enraizada en lo que hoy llamamos políticas conservadoras pero que también podría denominarse «política del sentido común», así como su rechazo al marxismo cultural y al globalismo en el que se diluyen las naciones y los pueblos. Así, las misivas que se escuchaban en los diferentes discursos y mesas redondas hacían hincapié en la importancia de las fronteras para salvaguardar la soberanía de las naciones, los cimientos judeocristianos de Occidente o la libertad de expresión y la inherente dignidad de toda vida humana. Si esto es ser de extrema derecha, me declaro culpable.

En esta misma línea, catalogar semejantes postulados como antioccidentales pone de manifiesto bien una profunda ignorancia sobre el legado intelectual de Occidente, bien un notable sectarismo ideológico, sin que, por descontado, los dos anteriores no puedan coexistir. Esa combinación es, de hecho, la que mejor caracteriza a los medios de comunicación hoy: su abandono del periodismo para abrazar el activismo y, por ende, su afán transformador, que no informativo.

Lo que debería ser evidente tanto para forofos como para detractores del movimiento conservador europeo e internacional es la constatación de que Hungría se ha erigido en referente de este. Y lo ha hecho, además, en un momento en el que está en el punto de mira de Bruselas, que protagoniza un constante acoso al país danubiano supeditando las ayudas o fondos europeos a la aceptación de postulados ideológicos, a lo que se suma hoy un exhaustivo escrutinio internacional a cuenta de la postura del Gobierno de Orbán con respecto a la guerra en Ucrania.

Todo esto hace que el éxito de la CPAC de la semana pasada sea aún mayor. Hungría no está sola, y es un faro que irradia luz para muchos en Europa y otras latitudes, incluyendo el propio movimiento conservador estadounidense, que en su día dio apoyo a Hungría mientras que parece que ahora es esta última la que le devuelve el favor. Quizá es que Hungría nunca estuvo tan aislada como nos han hecho creer y, si lo estuvo, desde luego también tiene una formidable red de alianzas internacionales. Quizá es que tampoco mantuvo malas relaciones con la Santa Sede. Y, si lo fueron, la visita del Papa Francisco al país (28-30 de abril) ha puesto de manifiesto que la relación entre ésta y el Ejecutivo de Orbán está intacta.

Por último, la CPAC ha demostrado también la fortaleza de los think tanks húngaros, que configuran ya un nutrido ecosistema en el que destaca el Center for Fundamental Rights, organizador húngaro de la CPAC (y que también lo fue de su primera edición), el Danube Institute y el Mathias Corvinus Collegium. Una línea de defensa más frente a los «bárbaros que quieren destruir su libertad y sus tradiciones», como señaló Trump durante su intervención.

Hungría no está sola. Ni es débil. Esta CPAC ha demostrado tanto su intención como su capacidad para ejercer un liderazgo conservador a escala global. Un referente que sus aliados quieren imitar y sus adversarios buscan destruir. Y, sobre todo, Hungría es la prueba viva de que existen otro tipo de gobiernos, de políticas, que hay sociedades que consiguen definir qué es el bien común, que logran respetar la identidad nacional y el legado de la tradición, y por supuesto, que hay otra manera de ser europeos y formar parte de la Unión Europea.

TEMAS |
+ en
.
Fondo newsletter