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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El 86% de los alemanes, favorable a las deportaciones forzosas de inmigrantes

La canciller alemana

Además, un 65% de la población alemana  se mostraría proclive al cierre de las fronteras (sólo un 16% no lo haría


Cuando la canciller Angela Merkel dispuso en septiembre de 2015 que Alemania acogiese a un millón de refugiados, la percepción del fenómeno migratorio por parte de la opinión pública europea era fundamentalmente positiva. Así, los sectores sociales reacios a la acogida de inmigrantes eran, por aquel entonces, marginales y fáciles de estigmatizar.
En cualquier caso, de aquella época no queda prácticamente nada. La tendencia en ha cambiado: cada vez son más numerosas las personas que ven con escepticismo los flujos migratorios masivos y que se muestran proclives a limitar la llegada de inmigrantes al país germano. Así lo refleja, al menos, un sondeo recientemente publicado Alemania y recogido en nuestro país por el ABC.
Esta encuesta arroja dos porcentajes desconcertantes (y reveladores, claro): por un lado, que un 65% de la población alemana respaldaría el cierre de las fronteras (sólo un 16% no lo haría); y, por otro lado, que un 86% se muestra convencido de la necesidad de llevar a cabo deportaciones forzosas (sólo un 7,2% se opone a ellas).

Los motivos del cambio

Este cambio de parecer respecto al fenómeno migratorio no tiene nada de birlibirloque o de espontáneo. La dura realidad es que se ha ido gestando durante años de escándalos, episodios violentos y desórdenes sociales protagonizados por inmigrantes (sobre todo por aquéllos procedentes del mundo islámico).
El primer gran punto de inflexión fueron los episodios de Colonia en la Nochevieja de 2015. Esa noche centenares de mujeres (casi mil) denunciaron ante la policía violaciones, agresiones sexuales, acosos y vejaciones perpetradas en su mayoría por inmigrantes originarios de diversos países árabes y del norte de África. La repercusión del escándalo fue notable, a pesar de los esfuerzos del Gobierno y de los medios de comunicación sistémicos por ocultarlo.
Pero los episodios de Colonia constituyen tan sólo un grano de arena en un desierto de inseguridad. En los últimos tiempos – precisamente desde septiembre de 2015 -, Alemania ha ido degenerando en un país inseguro. Los atentados, las violaciones, las agresiones sexuales y las peleas callejeras se han tornado en sucesos infelizmente habituales.
Este cada vez más abundante recelo respecto a los flujos migratorios también se ha manifestado en las urnas. En las últimas elecciones, Alternativa por Alemania (el partido con una postura más contundente respecto a la inmigración) irrumpió en el Bundestag con un 12,6% de los sufragios y casi 94 escaños.

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