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cada solicitante de asilo representa un coste neto de 800.000 euros para el contribuyente holandés

El ECR denuncia el impacto económico del fenómeno migratorio en Países Bajos: «Reciben más beneficios que los nativos»

Ámsterdam. Red Morley Hewitt

Esta semana se presentó en Bruselas el estudio Borderless Welfare State (El Estado de Bienestar sin fronteras) por parte de destacados líderes políticos y expertos en finanzas. Rob Roos, vicepresidente del Grupo de los Conservadores y Reformistas europeos (ECR), y el eurodiputado Rob Rooken, también miembro del ECR, se unieron a académicos reconocidos para abordar un tema de gran relevancia: los costes de la inmigración en Países Bajos.

Durante el evento realizado en el Parlamento Europeo, se resaltó la necesidad de hablar abiertamente sobre los costes asociados a la inmigración. «A Europa no le gusta hablar de costes, pero es necesario».

Para llevar a cabo el estudio se analizaron datos recopilados por la Oficina Central de Estadística de Países Bajos que proporcionaron información detallada sobre los residentes neerlandeses, incluyendo aquellos de primera y segunda generación.

El informe revela que, en promedio, los inmigrantes reciben mayores recursos en educación, seguridad social y beneficios en comparación con la población nativa. Sin embargo, también se evidencia que debido a sus ingresos más bajos pagan menos impuestos y cotizaciones de seguridad social.

Los investigadores realizaron un análisis exhaustivo que demuestra que los inmigrantes laborales tienen una contribución neta positiva, mientras que la inmigración por estudio, familiar y asilo resulta en contribuciones netas negativas.

De hecho, cada solicitante de asilo representa un coste neto de 800.000 euros para el contribuyente neerlandés. Esta situación ha generado preocupación, ya que la competencia por contratar mano de obra barata podría frenar la modernización en sectores como la agricultura, alentar el «efecto llamada» y que más inmigrantes se establezcan en el país dependiendo del Estado de Bienestar y de las ayudas gubernamentales.

Los expertos resaltaron que la educación es el factor determinante que marca la diferencia entre los grupos de inmigración y advierte que los costes de la inmigración aumentarán con el tiempo y representarán una parte cada vez mayor del Presupuesto neerlandés, una situación que podría generar presiones para reducir el tamaño del Estado de bienestar.

Además, se abordó el tema de la distancia cultural, destacando la marcada diferencia entre la cultura cristiana de Países Bajos y la cultura islámica. «Cuando hablamos de que los inmigrantes cuestan dinero, la mayoría de las veces es porque no logran integrarse de una forma correcta o cometen delitos», se zanjó.

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