El Gobierno laborista del Reino Unido ha decidido probar el uso de inyecciones para la pérdida de peso, con el objetivo de ayudar a las personas desempleadas que padecen obesidad a reincorporarse al mercado laboral, según anunció el ministro de Salud, Wes Streeting.
Streeting destacó que la obesidad afecta a millones de ciudadanos en el Reino Unido, lo que está provocando un aumento en el tiempo que las personas se ausentan del trabajo por enfermedad, estimándose que los individuos se toman, en promedio, cuatro días más de baja. Este problema también representa una carga considerable para el Servicio Nacional de Salud (NHS), con un costo de 11.000 millones de libras anuales, superando incluso los gastos ocasionados por el tabaquismo. En un artículo publicado en el diario Telegraph, el ministro escribió: «Nuestra cintura cada vez más ancha está convirtiéndose en una carga significativa para nuestro sistema de salud».
Durante una cumbre internacional de inversiones que tuvo lugar el lunes, el gobierno del Reino Unido anunció una inyección de 279 millones de libras (equivalentes a 365 millones de dólares) por parte de la multinacional estadounidense Eli Lilly. Esta financiación incluye un ensayo clínico de cinco años del medicamento Mounjaro, desarrollado por Eli Lilly, que se probará en hasta 3.000 pacientes, incluyendo a personas obesas y desempleadas.
Un estudio publicado en julio en la revista JAMA Internal Medicine reveló que los pacientes que recibieron Mounjaro experimentaron una pérdida de peso significativamente mayor en comparación con aquellos que tomaron Ozempic y Wegovy, ambos de la farmacéutica danesa Novo Nordisk. “Los beneficios a largo plazo de estos medicamentos podrían ser fundamentales en nuestra lucha contra la obesidad”, afirmó Streeting.
Desde que el gobierno laborista asumió el poder en julio, ha presentado diversas iniciativas destinadas a combatir los «estilos de vida poco saludables», como la prohibición de la publicidad de comida rápida dirigida a menores de edad.
De acuerdo con datos del Gobierno, más de una cuarta parte de los adultos británicos padecerán obesidad al finalizar el año 2023, aumentando al 26,2 por ciento desde el 22,6 por ciento registrado en 2015-2016.
Un informe de la Organización Mundial de la Salud en 2022 reveló que el Reino Unido presenta tasas de obesidad superiores a todos los países de la Unión Europea, salvo Malta. El primer ministro Keir Starmer expresó que los medicamentos para perder peso son cruciales tanto para la salud pública como para la economía, facilitando que las personas puedan reintegrarse al ámbito laboral.