El modelo migratorio propuesto por Giorgia Meloni para hacer frente a la inmigración ilegal —ya aplicado en Italia pese a su choque con los tribunales— gana terreno en la Unión Europea. El pasado miércoles, la Comisión Europea dio un paso clave al presentar por primera vez una lista común de países considerados «seguros» de origen, una herramienta pensada para acelerar las devoluciones de inmigrantes en situación irregular y rechazar solicitudes de asilo con escasas probabilidades de prosperar.
Entre los Estados incluidos figuran Túnez, Egipto y Bangladesh, tres naciones que el Gobierno italiano ha señalado de forma insistente como prioritarias en su estrategia de control migratorio. La incorporación de estos países a la lista supone un respaldo directo al enfoque de Meloni, en especial a su plan de instalar centros de internamiento en Albania, propuesta que recibió en su momento el aval de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen.
El nuevo listado, que incluye en total siete países, también contempla a Marruecos, India, Colombia y Kosovo, además de sumar a los aspirantes a la adhesión europea como Albania, Serbia, Moldavia, Georgia, Montenegro, Macedonia del Norte, Turquía y Bosnia-Herzegovina. Ucrania, en guerra, queda excluida.
A partir de esta clasificación, se establece que las solicitudes de asilo de ciudadanos procedentes de estos Estados serán tramitadas por vía rápida, con un plazo de resolución que se reduce a tres meses, frente a los seis habituales. Bruselas considera que estos países presentan una tasa de concesión de asilo inferior al 5% en el conjunto de la UE, lo que respalda la presunción de que la mayoría de las solicitudes carecen de fundamento real.
Magnus Brünner, comisario europeo de Interior y Migración, defendió la medida como una respuesta necesaria a la saturación de los sistemas nacionales: «Muchos Estados miembros están lidiando con un volumen elevado de peticiones, por lo que todo lo que contribuya a acelerar los procesos es crucial. Eso sí, cada caso deberá seguir siendo evaluado de forma individual y revisable judicialmente».
La maniobra legislativa aún debe superar los trámites en el Parlamento Europeo y en el Consejo, pero para Roma ya supone una victoria diplomática. El ministro del Interior italiano, Matteo Piantedosi, celebró la iniciativa como una «consecución estratégica» para su país. «Italia ha defendido desde el inicio la inclusión de estos países, a pesar de las resistencias ideológicas de ciertos sectores políticos», declaró.