«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
MELONI SE PERFILA COMO GANADORA

El pacto de la derecha italiana: esperanza para Europa, amenaza para las élites de la UE

Líderes de Fratelli d'Italia, Giorgia Meloni; Forza Italia, Silvio Berlusconi: Lega, Matteo Salvini; y Noi Moderati, Maurizio Lupi. Reuters

Más de 50 millones de italianos están llamados a las urnas en unas elecciones legislativas que pueden suponer un cambio de paradigma en el seno de la Unión Europea. De confirmarse las encuestas, vaticinios y miedos del oficialismo político y mediático, por primera vez uno de los miembros fundadores de la UE —y una de las principales potencias económicas del planeta— pasaría a estar regido por un gobierno abiertamente contrario a las políticas globalistas, es decir a Bruselas.

Italia: un voto en defensa propia

Las negociaciones entre Giorgia Meloni (Fratelli d’Italia), favorita según todos los sondeos para imponerse en los comicios, Mateo Salvini (Lega), Silvio Berlusconi (Forza Italia) y Maurizio Lupi (Noi moderati) dieron lugar al pacto entre los partidos de la derecha del espectro político italiano para formar una gran coalición sin precedentes en la Europa Occidental, con la defensa de la soberanía nacional, el respeto a la gente corriente y la oposición a la hegemonía cultural de la izquierda como hilos conductores, antagónica, por ejemplo, de la suma de globalistas y partidos extremistas que en las últimas elecciones legislativas húngaras fuera derrotada por Viktor Orbán.

La alianza cambia por completo el panorama, entre otras circunstancias, porque el sistema electoral actual favorece las coaliciones acordadas antes de las elecciones, a causa del tercio de escaños (37%) que se dirime en unas divisiones territoriales uninominales. Son 147 secciones en las que los diputados son designados por un sistema mayoritario: sólo el candidato más votado es elegido. Los partidos que componen la alianza presentan listas comunes, lo que permitirá que todos los votos de los electores que en esta ocasión se decanten por la derecha recaigan sobre un mismo representante, mientras que los de la izquierda se desperdigarán entre las diferentes listas, tan poco homologables como, en ocasiones, enfrentadas. Así, es muy probable que el pacto encabezado por Meloni se haga con una holgada mayoría de los escaños, tantos como 250 de los 400 en liza, según la media de las estimaciones.

Además de las listas conjuntas, la coalición ha acordado que el partido más votado será quien propondrá al primer ministro, si se impone en las urnas. Así, si el pacto obtiene buenos resultados, tal y como se prevé, se le facilitará el trabajo al presidente de la República, Sergio Mattarella, encargado de sondear a los grupos políticos hasta encontrar a un candidato al que encargar la formación de Gobierno. El elegido necesita obtener primero y mantener después la confianza de los parlamentarios en la Cámara y en el Senado, algo que en esta ocasión se antoja sencillo, a diferencia de la tradición de bloqueos e inestabilidad en los que desembocaron elecciones anteriores.

Frente a la unión de la derecha, una izquierda fragmentada, encabezada por Enrico Letta, favorito de Bruselas, promotor de la Agenda 2030, del Partido Democrático, equivalente al PSOE. El antiguo primer ministro lidera una pequeña coalición conformada por un gran número de partidos, que no se ha puesto de acuerdo para sumar fuerzas con el populismo con halo centrista del Movimiento 5 Estrellas, condicionado por el papel de este partido en la caída del Gobierno de Draghi. Precisamente, el M5S ganó las pasadas elecciones, pero las mutaciones y la escisión de un centenar de parlamentarios amenazan su supervivencia.

Será en unas horas (los colegios electorales cierran a las 23.00) cuando conozcamos si Giorgia Meloni es la primera ministra electa de Italia y comienza así el «seísmo político en Italia», como titula hoy El País, que en páginas interiores avisa —o amenaza— de que «Italia está condenada a la división», ante el presumible respaldo mayoritario a la derecha de una nación cansada de medidas liberticidas, políticas y primeros ministros impuestos desde fuera durante los últimos años.

+ en
.
Fondo newsletter