A 13 días de las elecciones generales en Italia, los dos candidatos a encabezar el gobierno del país, Giorgia Meloni y Enrico Letta, se vieron las caras en el que posiblemente será el único debate de la campaña electoral.
La líder de Fratelli d’Italia, a la que las últimas encuestas dan un 25% de los votos el próximo 25 de septiembre, se enfrentó al líder del Partido Democrático, en un debate moderado por Luciano Fontana, director de Il Corriere della Sera, en la sede que este periódico tiene en Roma.
La guerra de Ucrania, la crisis energética, la Unión Europea, la inmigración… fueron los asuntos que se trataron durante gran parte del debate, cuestiones en las que el principal argumento de Letta fue el intento de utilizar a Hungría como un espantajo, dada la buena relación que Meloni tiene con Viktor Orbán. «Tengo buenas relaciones con Orbán, pero hasta ayer su partido estaba en el PPE, no en mi partido, el de los conservadores», comentó Meloni.
Sobre la guerra en Ucrania hubo pocas diferencias entre ambos. «Las sanciones contra Rusia funcionan por lo que es necesario continuar con ellas, incluso si tienen un coste para las empresas y familias italianas que por lo tanto deben ser ayudadas y protegidas especialmente en los costes de la energía», afirmó Letta durante el debate, según recogió ANSA.
Meloni, por su parte, dejó clara la postura de su partido al respecto. «La posición de Fratelli es siempre la misma: Italia anclada a Occidente, a la alianza atlántica, con Europa, en defensa de los valores occidentales. Desde el principio no dudamos en tomar partido contra Rusia, apoyamos al Gobierno, aunque desde la oposición. Y las cosas seguirían así con un gobierno de centroderecha», aseguró la candidata a primer ministro. En cuanto a las sanciones a Rusia, Meloni señaló que son «eficaces», pero añadió que necesitan un «fondo de compensación».
Letta, como hemos dicho, usó a Orbán como arma arrojadiza durante el debate, especialmente cuando hablaban sobre la Unión Europea. «Durante años se llamó soberanistas a los que hacían críticas constructivas: luego llegaron sustos como la pandemia y vimos que pedíamos una Europa capaz de actuar: no se puede decir que hizo todo lo que había que hacer. Falta una política exterior», comentó Meloni hablando sobre la UE. «La posición de los conservadores es la del principio de subsidiariedad: Bruselas no tiene que hacer lo que puede hacer Roma”, afirmó.
Uno de los debates que generó más fricciones fue el de la adopción por parte de parejas homosexuales. “No estoy de acuerdo con el derecho de adopción por parte de parejas homosexuales, no porque sea ‘homófoba’, sino porque creo que a los niños que ya han sufrido, hay que garantizarles el máximo”, que para la líder de Fratelli eso es «un padre, una madre, la estabilidad de la pareja».
Letta replicó indicando que a los niños «se les debe dar amor, no se puede decir lo que debería ser el amor». Meloni explicó que el amor “no tiene nada que ver, el Estado no regulariza el amor«.
«El tema no es decidir el valor del amor, el tema es: tenemos muchas más parejas que quieren adoptar que número de niños adoptables. Creo que es normal que el Estado haga una elección dándoles a los niños las condiciones que considera perfectas. El Estado italiano también dice que debes cumplir con ciertos requisitos de ingresos para adoptar a un niño. ¿Es pobréfobo? No es pobréfobo. Intenta poner a ese bebé en las mejores condiciones posibles. Es sentido común”, explicó Meloni.
El moderador del debate cuestionó a Meloni acerca de una de las consignas de su partido, «Dios, patria y familia«, y le comentó si no iba contra la modernidad. “Es un lema mazziniano ―dijo en referencia Giuseppe Mazzini, uno de los responsables de la unificación italiana en el siglo XIX― no desentona con la actualidad. Es una reivindicación de la propia identidad, pero respetando a los demás. La patria, la familia son fundamentales, al igual que la identidad religiosa, creyendo en el carácter laico del Estado”, indicó. «No se trata de imponer aquello en lo que uno cree, se trata de recordar que en los valores cristianos está sintetizada nuestra civilización«, continuó. «No creo que deba esconderse esta identidad, pero respetando a los demás», añadió.
Letta aseguró que estas elecciones del 25 de septiembre son una especie de «referéndum» con dos propuestas para Italia totalmente diferentes. El líder del PD señaló que los italianos se encontraban ante su «Brexit«; unas elecciones, en definitiva, «históricas» para el país.
Al final del debate, ambos candidatos rechazaron la opción de una gran coalición entre las dos formaciones en caso de no haber una clara mayoría. «Creo que ha quedado claro que eso es imposible», dijo Letta. «Es una democracia sana aquella en la que dos personas que combaten durante una campaña electoral luego no se encuentran al día siguiente fingiendo que no ha pasado nada», aseveró Meloni.