«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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«La familia es una forma de cordura e identidad»

La Cumbre Demográfica de Budapest, un faro en defensa de la natalidad y de la familia

Katalin Novák, presidenta de Hungría, durante su discurso en la Cumbre Demográfica de Budapest.

Líderes europeos, presidentes y primeros ministros se reunieron hace unos días en la Cumbre Demográfica de Budapest. Lo que comenzó en 2015 como un foro de políticas conservadoras con el ánimo de reimpulsar la agenda de la natalidad y los valores de la familia, se ha consolidado este año como un faro en la defensa la vida. Hungría ilumina Europa y a esta ola de esperanza se han sumado, como inevitables protagonistas, Giorgia Meloni, presidenta del Consejo de Ministros de Italia, y Aleksandar Vucic y Rumen Radev, presidentes de Serbia y Bulgaria, respectivamente.

Los anfitriones estuvieron a la altura de lo que podemos considerar la puesta de largo del conservadurismo europeo. Viktor Orbán dio una especial bienvenida a Meloni, que «lidera el camino de cambio en Europa y Bruselas». Orbán matizó la diferencia, claro, porque aunque algunos se empeñen Europa no es Bruselas. O no sólo. El primer ministro húngaro no dudó en desafiar a aquellos que arremeten contra sus políticas en favor de la familia: «Las críticas a nuestra agenda profamilia sólo refuerza nuestro empeño». Un empeño que parece no estar alineado con las prioridades de la Unión Europea: los valores occidentales han sido «hackeados» por progresistas infiltrados, aseguró.

Este «hackeo», que no es nuevo, ha estado en el centro de la convención conservadora. Precisamente Orbán reivindicó, ante el abarrotado auditorio, que los ciudadanos europeos sólo desean formar familias y tener hijos en un ambiente seguro. Y precisamente el lema del encuentro fue «la familia es la clave de la seguridad». Nada es casualidad. Si Chesterton dijo que quienes hablan contra la familia no saben lo que hacen porque, en el fondo, desconocen lo que deshacen, Orbán reescribió el aforismo defendiendo a los defensores de la familia: «La familia no limita la libertad de nadie, sino que aumenta la riqueza de todos”. Ningún motivo mejor para «revitalizarla».

Parte del éxito de esta conferencia se debe al impulso decidido de los gobiernos conservadores del este de Europa. En Hungría hoy ocupa la jefatura del país quien antes fuera ministra de Asuntos de la Familia. Katalin Novak explicó en la cumbre parte del éxito de la tasa de natalidad del país que hoy preside. «Cuando cuento a mis amigos en el extranjero que las guarderías son gratuitas para las familias con tres o más hijos, se quedan de piedra». En esta línea anunció Orbán sus cinco objetivos próximos en la defensa de la vida, la conciliación y la familia: incentivar la natalidad, ayudar con políticas de vivienda, prioridad a las madres en la política familiar, promover la cultura familiar y garantizar la protección jurídica de las familias.

En este mismo sentido habló Giorgia Meloni. Aseguró que «la demografía es el desafío en mayúsculas«, especialmente en Italia, donde la tasa de natalidad queda por debajo de la europea (1,24 hijos por mujer italiana frente a la media europea de 1,56). Un desafío que no tendrá solución sin una «mayor coordinación» y «medidas valientes». De una de estas medidas habló precisamente Jordan B. Peterson, que apostó en su intervención por apoyar decididamente a los matrimonios cristianos. «Es una tarea a largo plazo», que se ha de realizar «con la ayuda de Dios». Orbán tuvo que recordar que «la institución del matrimonio se basa en la unión de un hombre con una mujer», así como el hecho de que «la madre es mujer y el padre es varón». De nuevo actualizando a Chesterton y su defensa del pasto verde.

La Cumbre Demográfica de Budapest terminó, pese a todas las desventajas señaladas, con un mensaje de ilusión. «La familia, como célula básica, es una forma de cordura e identidad. Se necesita un hijo, una familia, una comunidad. De lo contrario, no hay esperanza para la sociedad», aseguró el profesor Peterson. Y Meloni alentó al público a defender esas ideas con coraje: «No debemos caer en la idea de que cualquiera que hable de la familia y Dios es un retrógrado«. Esta es la única receta para convertir este foro de natalidad en un faro de esperanza.

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