No es una opinión ni una pieza de periodismo de investigación, sino datos del propio Ministerio del Interior italiano: las mezquitas clandestinas en Roma detectadas por las autoridades antiterroristas casi se han duplicado en los últimos diez años.
Según un nuevo informe del Ministerio del Interior, se han identificado y están bajo vigilancia por actividad islamista un total de 53 lugares de oración musulmanes no oficiales, ubicados en sótanos y garajes de toda la ciudad. Esta cifra ha aumentado con respecto a las 30 mezquitas clandestinas identificadas hace una década.
«Estos lugares de culto ocultos son el lugar donde acecha la radicalización y donde se esconden entre los fieles los lobos solitarios que con demasiada frecuencia se han convertido en mártires de la guerra santa», escribe el medio italiano ll Tempo.
El expediente reveló que podría haber más de 100 puntos de encuentro regulares para musulmanes en toda la ciudad que no están registrados como lugares oficiales de culto, con temores sobre la naturaleza de tales encuentros en medio de la creciente amenaza del terrorismo islámico en Europa.
Según el informe, los lugares de oración no oficiales ubicados en almacenes y apartamentos residenciales están clasificados por las agencias de inteligencia en tres niveles de amenaza terrorista: sin riesgo, riesgo medio y riesgo mayor.
Actualmente, más de la mitad de los sitios son supervisados constantemente por considerarse de riesgo medio o alto. Las operaciones antiterroristas en Italia a menudo incluyen vigilancia de la red oscura en busca de propaganda y comunicaciones islamistas, escuchas telefónicas en locales sospechosos y revisión de textos y discursos predicados por imanes en mezquitas no oficiales.
En un documental reciente publicado por el programa de noticias italiano Fuori dal Coro, periodistas encubiertos visitaron algunos de estos sitios de oración no oficiales ubicados en todo el país durante el mes de celebración del Ramadán para evaluar la naturaleza de las predicaciones y el contenido que se comparte.
En la película titulada Inmigrantes y violencia, los musulmanes que odian a Italia, un periodista frecuentaba uno de esos lugares en el área de Vía Padova en Milán, donde un visitante de la mezquita se jactaba de que «está escrito en el Corán que vamos a echar a los judíos».
