El globalista cumple, casi punto por punto, el programa del Frente Nacional en materia de seguridad.
El Gobierno francés va a reducir el periodo de tramitación de las demandas de asilo a un máximo de seis meses con el objetivo de proteger mejor a los refugiados pero también para agilizar las expulsiones de los inmigrantes económicos sin papeles y disminuir el número de ese tipo de solicitudes.
Este es el mensaje ofrecido hoy por el ministro de Interior, Gérard Collomb, que en una entrevista radiotelevisada por «RMC» y «BFMTV» insistió en que uno de los objetivos del proyecto de ley en preparación sobre esta cuestión es una duración para las demandas de asilo de como mucho «seis meses, no más».
Señaló que se trata de que al cabo de ese tiempo un solicitante sepa si puede quedarse en Francia con el estatuto de refugiado, y en ese caso recibirá cursos de francés y de formación para integrarse, o si no lo consigue y entonces tendrá que salir del país.
«Hay que decir a esa gente que su futuro está en sus países», indicó en referencia a estos últimos.
Collomb explicó que en seis meses se han incrementado «en un 17 %» las expulsiones de sin papeles y que se va a «seguir aumentando, porque no podemos hacer otra cosa» con ellos.
Para conseguirlo, se están estableciendo acuerdos con los países de origen para que acepten recibirlos en caso de expulsión, y también se prevé incrementar el periodo de retención administrativa hasta 90 días. El titular de Interior lo justificó afirmando que en Europa la media de esa retención es de 160 días.
La línea política del proyecto de ley en preparación es que «los que son víctimas de persecuciones (…) sean acogidos (en Francia), pero que los inmigrantes económicos sean expulsados y tengan un futuro en sus países».
El ministro recordó que en 2017 se superó el listón de 100.000 demandantes de asilo en Francia, y avanzó que quiere «menos en los próximos años».
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