El líder político magiar ha condenado el multiculturalismo y el afán de ciertas elites económicas de acabar con la identidad europea través de la inmigración islámica masiva
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, muestra al mundo todos los días su insumisión a la corrección política, que impone la tibieza como actitud vital. En un congreso sobre cristianos perseguidos que se ha celebrado entre el 11 y el 13 de octubre, el mandatario centroeuropeo ha reflexionado sobre la necesidad de que, desde Occidente, se apoye a esas minorías religiosas (particularmente los cristianos) que son hostigadas a diario por el islam fundamentalista.
Una apoyo que, de acuerdo con Orbán, habría de manifestarse en la creación de las condiciones requeridas para que los cristianos que se hayan visto obligados a abandonar sus países regresen a ellos. ‘Nosotros, los húngaros, queremos que los cristianos sirios, iraquíes o nigerianos vuelvan lo antes posible a la tierra que sus ancestros han habitado cientos de años. Eso es lo que llamamos la solidaridad húngara’, ha aseverado el primer ministro magiar en la conferencia, titulada ‘Buscando respuestas a una crisis ignorada’.
En esta línea, Orbán ha denunciado que la actitud con que la Unión Europea está afrontando la llegada de migrantes y refugiados a sus países es exactamente la opuesta a la deseable, a la que Hungría mantiene: ‘Hungría está haciendo lo contrario de lo que Bruselas está actualmente haciendo. Estamos haciendo lo que debemos hacer de acuerdo con los líderes cristianos locales, y que es realmente lo más beneficioso para esas comunidades que encabezan: estamos proveyendo asistencia para permitir a la gente regresar a sus países’.
Asimismo, el líder político magiar ha condenado el multiculturalismo y el afán de ciertas elites económicas de acabar con la identidad europea través de la inmigración islámica masiva: ‘Un grupo de intelectuales y líderes políticos europeos quieren crear una sociedad mixta que cambiaría por completo la identidad cultural y étnica y la naturaleza cristiana en unas pocas generaciones’, ha asegurado Orbán, que ha sido uno de los mandatarios europeos que ha denunciado con mayor asiduidad el intento de liquidar la esencia cristiana del Viejo Continente.
Una persecución que puede llegar a Europa
El primer ministro húngaro tampoco ha desaprovechado la oportunidad de hablar sobre la persecución que padecen los cristianos europeos; una persecución de cariz distinto a la que sufren los cristianos en otras zonas del mundo: ‘La persecución a los cristianos europeos, que es una persecución de naturaleza espiritual, que opera utilizando métodos más sutiles, es indudablemente injusta, discriminatoria y a veces dolorosa. No obstante, no puede compararse con el brutal y físico hostigamiento que sufren los cristianos en África y en Oriente Medio’.
En este sentido, Orbán ha criticado la actitud silente y tibia con que los líderes europeos están observando la persecución vivida por los cristianos del Medio Oriente. ‘El principal peligro que nos amenaza hoy es el silencio indiferente de las elites europeas que están renunciando a sus raíces cristianas, a pesar de que el destino de los cristianos medio-orientales debería hacer ver a Europa que lo que les pasa a ellos nos puede pasar a nosotros’, ha señalado el primer ministro húngaro, quien ha remarcado, además, que el cristianismo es la religión más perseguida a nivel mundial.
Para cerrar su valiente alocución, Orbán ha declarado que Hungría siempre estará comprometida con la defensa de una Europa cristiana: ‘Para nosotros, Europa es un continente cristiano, y así queremos mantenerlo. Y aunque no logremos preservarlo por completo, queremos salvar al menos la pequeña porción de esto que Dios nos ha confiado a los húngaros’.