El primer ministro, Viktor Orbán, ha denunciado que las élites de Bruselas «han traicionado al pueblo», que Europa «está en crisis» y que «la civilización cristiana, que determina el marco de nuestras vidas, está desapareciendo».
En declaraciones a Magyar Nemzet, ha añadido que la Unión Europea está «en un estado de decadencia» y ha perdido su importancia económica, y que en la política internacional «la paz, el orden y el desarrollo» han sido reemplazados por «la guerra, la inmigración y el estancamiento».
En este sentido, ha insistido en que las cosas han empeorado por «una multitud de malas decisiones tomadas por la burocracia de Bruselas en los últimos año». «Han disparado a las empresas europeas en el pie con sanciones, han aumentado la inflación y han empujado a millones de europeos a una crisis del coste de la vida. Además, han debilitado la competitividad del continente mediante aumentos de impuestos y han gestionado mal la transición verde».
Así, Orbán insistió que debido a una política de inmigración mal gestionada los inmigrantes ilegales siguen inundando el espacio Schengen: «Bruselas está penalizando a países como Hungría que detienen a los inmigrantes y quieren obligarnos a acogerlos».
Agregó que los burócratas de Bruselas no han tenido en cuenta los intereses del pueblo y, en cambio, intentaron imponerle sus propios ideales, como las políticas verdes «venenosas» y el multiculturalismo.
Por ello, manifestó que la mayoría de los votantes europeos dejaron claro el 9J que quieren el fin de la inmigración ilegal y que la economía europea vuelva a una senda de crecimiento. Y denunció que los socialistas y liberales, «a los que les interesa mantener el status quo», se unieron al Partido Popular Europeo y, «haciendo caso omiso de la elección de los ciudadanos europeos», concluyeron «un pacto vergonzoso».
El líder de Fidesz aseveró que la tarea de los partidos de patriotas y soberanistas es hacer cumplir la voluntad de los votantes europeos seguir «construyendo una alianza». «Deben crear grupos parlamentarios europeos fuertes y fomentar la cooperación entre ellos», afirmó. Miró al «evento clave» en Francia, con la primera vuelta presidencial que ganó el partido de Marine Le Pen, y añadió que también en Estados Unidos se ha dado «un gran paso» hacia el cambio de la mano de Donald Trump: «Si todo va según lo previsto y Dios nos ayuda los patriotas tendremos a finales de año una mayoría en todo el mundo occidental».
Hungría tomó este lunes el relevo de manos de Bélgica de la presidencia de turno del Consejo de la Unión Europea. El Gobierno asume la agenda europea con el compromiso de ser un interlocutor «honesto», con voluntad de «cooperación sincera» con el resto de Estados miembro e instituciones en aras de «la paz, la seguridad y prosperidad de una Europa verdaderamente fuerte«.
