Egipto se suma a la larga lista de países africanos que monetizan la inmigración ilegal con el beneplácito de una Europa servil a las peticiones de sus líderes. Tras la reciente concesión de más de 200 millones de euros a Mauritania, ahora Egipto consigue de Ursula von der Leyen una partida de más de 7.000 millones después de amenazar durante años con una gran oleada de inmigración ilegal con destino al continente europeo.
En concreto y tras sucesivos encuentros de Von der Leyen con los líderes egipcios —el último de ellos en noviembre del año pasado—, la Comisión Europea ha comprometido una partida inicial de 5.000 millones de euros a la sumará con posterioridad otros 2.400 en forma de subvenciones con el eje central en la acción para el control de la inmigración. En total, 7.400 millones de euros destinados a la cooperación energética, comercial y para «fortalecer la gestión de fronteras y garantizar el retorno» de los inmigrantes ilegales que parten desde Egipto hacia Europa.
Según confesó a través de un comunicado el Ministro de Exteriores de Egipto el pasado mes de diciembre, el país «recibe a nueve millones de inmigrantes y refugiados que abandonaron sus países por diferentes motivos». De esta forma, el gobierno africano ya advertía hace algo más de tres meses del fatídico escenario que podría vivir Europa si no efectuaban un determinante control de flujos migratorios en territorio egipcio.
Al citado comunicado y ante la ausencia de implicación de Europa tras haber concedido el pasado año un total de 900 millones de euros a Túnez para la contención de flujos migratorios, la inmigración ilegal comenzó a llegar a Grecia desde territorio egipcio. Concretamente y según detalla FRONTEX a este medio, durante el primer trimestre del 2024 han sido un total de 1.500 inmigrantes ilegales los que han llegado a las islas de Creta y Gavdos, la mayoría de nacionalidad egipcia. Sólo durante las primeras semanas de marzo han sido más de 300 las entradas por la vía de la ilegalidad contabilizadas en ambas islas griegas, teniendo lugar la última oleada el pasado martes, cuando casi 100 inmigrantes ilegales alcanzaba el litoral de la isla griega de Gavdos, según precisan las mismas fuentes.
Sólo entre enero y febrero, los últimos balances de FRONTEX consultados por LA GACETA reportan más de 9.000 desplazamientos ilegales en la ruta del Mediterráneo Oriental, donde la posible dejadez de funciones de las autoridades egipcias han sido un gran detonante en mitad de esta magnitud de entradas por la vía de la ilegalidad en Europa. De esta forma, Egipto se suma ahora a la interminable lista de países africanos que han conseguido hacer de la contención de flujos migratorios un auténtico negocio.
En menos de un año, Túnez ha recibido 900 millones para contener la inmigración ilegal que fueron finalmente cedidos tras un fatídico episodio en la isla italiana de Lampedusa. Mauritania ha sido beneficiaria de unas partidas que superan los 200 millones de euros tras la llegada de más de un centenar de cayucos a las Islas Canarias durante los primeros meses del año. Y ahora Egipto logra la concesión de más de 7.000 millones de euros tras señalar el gran volumen de inmigrantes que podrían movilizarse desde el país africano hacia el continente europeo. En total, más de 8.500 millones de euros para continuar subrogando el control de flujos migratorios a terceros estados, que han convertido la inmigración ilegal en el arma preferencial de presión diplomática en materia de política exterior con los estados europeos.