La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha celebrado este lunes el «resurgir» de Brasil como actor internacional por el «impulso» que pueda dar a las relaciones estratégicas entre la Unión Europea y los países de la Iberosfera y Caribe, al tiempo que ha llamado al presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, a resolver «lo antes posible» las diferencias para lograr un acuerdo entre la UE y Mercosur.
«Celebro el resurgir de Brasil como un actor importante en el plano global. Llega a tiempo y nos ofrece ya un impulso positivo a la relación estratégica entre nuestras dos regiones», ha defendido Von der Leyen en declaraciones en Bruselas acompañada por Lula, antes de una reunión bilateral mantenida entre ambos horas antes de que arranque la cumbre de líderes de la UE y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC).
De este modo, la jefa del Ejecutivo comunitario ha expresado la voluntad europea de trabajar «mano a mano» con el nuevo presidente brasileño para encarar los grandes retos comunes y «conectar mejor» a los ciudadanos y empresas de las dos regiones y «reforzar y diversificar» las cadenas de suministro, así como modernizar las economías para reducir las desigualdades.
«Todo esto estará al alcance si logramos que el acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur cruce la línea de meta», ha advertido Von der Leyen en sus declaraciones ante el presidente brasileño, cuyo país ejerce desde este julio la presidencia ‘pro tempore’ del bloque de países del Mercosur.
«Nuestra ambición es resolver las diferencias restantes lo antes posible para que podamos concluir este acuerdo. Queremos ser un socio que tenga con vosotros un acuerdo beneficioso para ambas partes», ha remachado Von der Leyen.
Más tarde, en la apertura del foro empresarial que acoge Bruselas en las horas previas a la cumbre entre la UE y la CELAC, Lula ha expresado su voluntad de lograr cerrar el pacto comercial «antes de que acabe el año».
Diferencias sobre el acuerdo comercial
Las dificultades para avanzar en el pacto entre la Unión Europea y Mercosur —Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay—, cuyo acuerdo fue anunciado en 2019 tras dos décadas de negociaciones pero que está en punto muerto desde entonces, empañan la cumbre de líderes de la UE y CELAC.
España aspiraba a poder anunciar el desbloqueo durante su semestre de presidencia europea y Bruselas insiste en que hay una «ventana de oportunidad» histórica para sellar esta relación comercial, sin margen para «reabrir» el acuerdo, pero con salvaguardas adicionales en materia medioambiental sobre la mesa que no han gustado a los países de Mercosur y que tampoco convencen a Francia y Austria para levantar su tradicional rechazo al pacto.
A falta de que el bloque del Cono Sur responda en las «próximas semanas» a la última propuesta europea para salvar el acuerdo, Lula dijo hace una semana del documento comunitario que es «inaceptable» y criticó que «los socios estratégicos no negocian basándose en la desconfianza y la amenaza de sanciones». Los países del Mercosur no aceptarán el «eterno papel de exportadores de materias primas, minerales y petróleo», remachó.
Del otro lado, Francia considera irrenunciable su exigencia de que el mecanismo que la UE trata de consensuar con Mercosur contra la deforestación y con compromisos medioambientales adicionales incluya lo que define como «cláusulas espejo», para garantizar que los productores de aquella región que exporten a Europa bajo el marco del nuevo acuerdo se sometan a los mismos estándares «extremadamente altos» que se imponen a los agricultores y ganaderos europeos.