«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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AL CONCLUIR SU XXVI ENCUENTRO EN BRASILIA

El Foro de Sao Paulo ratifica su postura totalitaria y alinea su programa con la Agenda 2030

XXVI Encuentro del Foro de Sao Paulo

Del 29 de junio al 2 de julio pasado se llevó a cabo en Brasilia el XXVI Encuentro del Foro de Sao Paulo (FSP), auspiciado por el Partido de los Trabajadores y el Partido Comunista de Brasil.  Según se desprende de los videos que el propio Foro ha colgado en sus redes, sus integrantes se quejan de haber sido víctimas de «fake news» y de una «leyenda» inventada por sus adversarios; y hasta dedicaron un panel a explicar cómo han sido injustamente «demonizados».

Sin embargo, al leer la declaración final del XXVI Encuentro, se hace evidente que son ellos mismos quienes se han demonizado, ya que el Foro de Sao Paulo se enorgullece se defender las peores causas y hacerse de la vista gorda frente a los graves delitos que se cometen en Iberoamérica e, incluso, en otras partes del mundo, como puede constatarse en alguno de los puntos de la declaracion final.

En el punto 5 de la declaración, por ejemplo, atacan al gobierno legítimo del Perú, pero nada dicen del golpe de Estado que pretendió dar el expresidente Pedro Castillo, al buscar disolver ilegalmente el Congreso.

Los puntos 10 y 11 están dedicados a promover la misma histeria climática –que no es la sana defensa del medio ambiente– impulsada por los seguidores de la Agenda 2030, usada para ralentizar la economía, destruir fuentes de energía, cerrar industrias y debilitar la producción agroalimentaria.

En el punto 14, el Foro de Sao Paulo propone abiertamente la regulación de los contenidos de las redes sociales, para garantizar una «divulgación científica comprobada, en contra de la utilización de la internet para la divulgación de noticias y teorías sin comprobación». Se refieren, por supuesto, a censurar la información que perjudique a su causa.

En el apartado 16 leemos cómo el Foro se pronuncia en favor de las migraciones indiscriminadas, las cuales están afectando gravemente a Francia en este momento. Según el FSP, las mismas son  producto de «los efectos nocivos del neoliberalismo», pero ni una palabra expresan sobre la migración más grande en la historia de nuestra región, causada por el régimen de Nicolás Maduro, y calificada por analistas como la mayor catástrofe humanitaria de la región.

El punto 17 está dedicado a repetir la cantaleta según la cual los regímenes dictatoriales de Cuba, Nicaragua y Venezuela son víctimas de sanciones norteamericanas, en lugar de reconocer que se trata de tiranías que violan diariamente los derechos humanos de sus habitantes.

El apartado 18 constituye una verdadera oda al cinismo, al acordar de forma unánime declarar la dictadura cubana como «Patrimonio Universal de la Dignidad», autoconfesión que lanza al profundo despeñadero de satán al FSP, ya que desconocen lo que el mundo sabe: la limitación extrema de las libertades en la isla, los juicios sumarios y la criminalización a la libertad de expresión desde hace más de 60 años

El punto 20, nos da otra muestra del descaro y falsedad propio de la organización comunista al condenar nominalmente el colonialismo, pero solo cuando se trata de Estados Unidos e Inglaterra. Nada dice de la entrega de nuestra soberanía a China por parte de numerosos gobiernos progresistas.

Deliberadamente engañoso es el punto 27 en el que manifiestan: «nuestro respaldo a todas las iniciativas en desarrollo que procuran una salida política y diplomática al conflicto en Ucrania. Rechazamos las amenazas a la paz en el Pacífico y los intentos de la OTAN de avanzar sobre esa región»; pero omiten, adrede, señalar que fue Rusia la que invadió a Ucrania y que hasta la fecha continúa bombardeando blancos civiles en ese país.

En el punto 28 el FSP saluda «las iniciativas del presidente Petro por  la paz en Colombia, una política fundamental para lograr la paz en América Latina y el Caribe». La verdad es que lo que Petro está impulsando es la impunidad de los grupos terroristas como el ELN y la Primera Línea, con lo cual jamás se llegará a la paz, sino al recrudecimiento del conflicto en Colombia.

Luego de analizar la declaración final de este XXVI Encuentro, bien haría el Foro de Sao Paulo en reconocer su propia condición totalitaria en lugar de presentarse como víctima de la ultraderecha; eso sería lo honesto… pero eso es mucho pedir a una organización criminal.

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