El presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos, ha indicado que el Ministerio de Exteriores filipino ha convocado al embajador chino en el país para protestar por el ataque con cañones de agua contra la Guardia Costera. «Como de costumbre, nuestro ministro de Exteriores (Enrique Manalo) se ha dirigido al embajador Huang (Xilian) y ha entregado otra nota verbal, junto a fotos y vídeos de lo sucedido», ha declarado Marcos.
El mandatario, que ha comentado estar esperando a ver «cuál será la respuesta (de Pekín)», ha indicado que llevará a cabo una reunión para evaluar cómo responder al reciente incidente con China. «Seguimos afirmando nuestra soberanía. Seguimos haciendo valer nuestros derechos territoriales frente a todos estos desafíos, y en consonancia con el Derecho Internacional, especialmente con la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar», ha sostenido.
La Guardia Costera de Filipinas (PCG, por sus siglas en inglés) condenó este fin de semana las «peligrosas maniobras» y «el uso ilegal de cañones de agua» por parte de sus homólogos chinos contra sus buques, que se encontraban este sábado escoltando a barcos indígenas. «Estos barcos estaban entregando alimentos, agua y combustible», agregaron.
«Tales acciones por parte de la Guardia Costera china no solo ignoran la seguridad de la tripulación de la PCG y los barcos de suministro, sino que también violan el Derecho Internacional», reza un comunicado en el que piden a la parte china que «limite sus fuerzas, respete los derechos soberanos de Filipinas en su zona económica exclusiva (…), se abstenga de obstaculizar la libertad de navegación y tome medidas apropiadas contra las personas involucradas en este incidente ilegal».
Tras el incidente, el Gobierno estadounidense dejó constancia de su apoyo a sus «aliados filipinos tras las peligrosas acciones de la Guardia Costera y la milicia marítima chinas para obstruir una misión filipina de reabastecimiento al Second Thomas Shoal en el Mar de China Meridional».
Estas acciones fueron calificadas de «imprudentes» por el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, quien ha añadió que representan una amenaza directa para la paz y la seguridad en la región y que «son incompatibles con el Derecho Internacional».
Las autoridades estadounidenses consideran, además, que China está obstaculizando «injustificadamente» operaciones marítimas filipinas lícitas al impedir que las provisiones necesarias lleguen a los miembros de los servicios filipinos estacionados en Second Thomas Shoal, atalón en las islas Spratly, en el mar de China Meridional donde la Armada filipina tiene un contingente militar de apenas una decena de soldados a bordo de un barco estadounidense que fue varado intencionalmente en 1999 para reforzar los reclamos territoriales de Filipinas.