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¿Periodista o agente manipulador de la Justicia peruana?

Informe Gorriti (III): De acusador a investigado

«Si yo hubiese sabido lo que iba a pasar hubiera pedido una tregua para convencerlo de que no lo hiciera», dijo el periodista peruano Gustavo Gorriti, en una entrevista del 2 de julio del 2019, ¿A qué se refería? Al suicidio del expresidente peruano Alan García Pérez, quién decidió quitarse la vida durante la mañana del 17 de abril de ese mismo año. García estaba próximo a cumplir setenta años.

Esa mañana un operativo policial y fiscal había acudido al domicilio del exmandatario para detenerlo preliminarmente por 10 días. Al abrirles la puerta, García pidió un momento y acudió a su cuarto. Llamó brevemente a su pareja. Luego, se disparó en la cabeza.

Aquel momento paralizó a Perú. García fue una de las figuras más relevantes de la política peruana durante los últimos 50 años. En 1985, fue el presidente más joven elegido democráticamente, con tan sólo 35 años. A su vez, fue el primer presidente electo por el APRA, partido histórico peruano que durante el siglo XX sufrió persecución y censura para alcanzar el poder.

Su primer gobierno fue una catástrofe. El país llegó a récords históricos mundiales de hiperinflación y la violencia de Sendero Luminoso aterrorizaba a toda la población, causando decenas de miles de muertos. Sin embargo, en 2006, Alan García volvió a ganar las elecciones. Gobernaría hasta el año 2011, pero nunca dejó de ser un actor político de primera plana. De hecho, para el periodista político peruano, Víctor Andrés Ponce, el suicidio fue «el último acto político de Alan García». En su carta de despedida, mencionó: «Por eso les dejo a mis hijos la dignidad de mis decisiones, a mis compañeros una señal de orgullo y mi cadáver como una muestra de mi desprecio hacia mis adversarios porque ya cumplí la misión que me impuse«. 

Ante toda esta trágica situación no es extraño preguntarse por qué un periodista de investigación como Gustavo Gorriti estaba en capacidad de darle una tregua al expresidente antes de que tome aquella fatídica decisión. En palabras del exasesor principal de fiscalía de la nación y hoy colaborador de la justicia, Jaime Villanueva, porque Gorriti tenía toda la información para cercar a García.

Villanueva, como dijimos en nuestros dos primeros informes, está siendo investigado por ser miembro de una presunta organización criminal de altos funcionarios en la Fiscalía de la Nación en Perú. Ha comenzado a colaborar con la justicia y ha hecho declaraciones más que controversiales sobre Gustavo Gorriti y su cercanía con ciertos fiscales de especial exposición mediática, los del Caso Lava Jato.

El operativo de cerco

Entre los años 2017 y 2019, el Caso Lava Jato, en el que se investigan actos de corrupción entre la constructora brasileña Odebrecht y distintos gobiernos peruanos, llegaba a su punto álgido. El principal investigador periodístico de este caso era Gustavo Gorriti y su medio IDL-Reporteros, el cual, como mencionamos en el informe de la semana pasada, recibe millonarias sumas en donaciones por parte de la Open Society Foundation, propiedad del magnate George Soros.

La fila de encarcelados a manera preventiva por el Caso Lavajato ha sido alta. Se encuentran expresidentes peruanos como Alejandro Toledo o Ollanta Humala, entre otras figuras políticas como Keiko Fujimori.  Los artífices de las acusaciones eran, formalmente, el jefe del Equipo Especial Lavajato, el fiscal Rafael Vela Barba y su segundo, el fiscal José Domingo Pérez. Sin embargo, como señalamos, Jaime Villanueva ha comenzado a relatar ante las autoridades las conexiones con Gustavo Gorriti: «Literal me dijo (Rafael Vela) ‘Jaimito, he hablado con Gustavo y le he cobrado de Alan García’, porque yo a él le di toda la información para cercar a García; para dar contexto recordemos que cuando llegó Alan García a una situación de la fiscalía, él viene. Cuando él está aquí, Gorriti saca un reportaje con los recibos del pago de Odebrecht que habría hecho por sus conferencias y en el mismo momento en que Alan está en la citación con José Domingo, ya había pedido el impedimento de salida».

Estas declaraciones, que son estremecedoras para el público peruano, aún faltan corroborar. Pero lo que indican es que Gorriti habría publicado información estratégicamente con tal de acelerar los procesos judiciales de privación de libertad para García. La información se la habrían dado los fiscales que investigaban a García. Rebobinemos. Ya como expresidente, Alan García vivía en Madrid. Viajaba a Perú por motivos políticos o judiciales. Él, en ese entonces, era testigo en el caso LavaJato. Viene a Perú a declarar y, mientras los fiscales preparaban un impedimento de salida del país para el exmandatario, Gorriti publicó una información no incriminatoria, pero escandalosa sobre conferencias dictadas por el ex presidente que sirvió para darle bríos de legitimidad a la decisión de darle un impedimento de salida del país. Tres días antes de la detención preliminar y suicidio de García, también habría sacado otro reportaje con información brindada por los fiscales. Todo esto en palabras de Jaime Villanueva.

Pero las declaraciones de Villanueva no solo hablan de un supuesto juego en pared entre los fiscales Lavajato y Gorriti, sino que también dirigía las investigaciones en otros casos, como en el llamado Cócteles, que investiga a Keiko Fujimori. «Cuando José Domingo Pérez toma el caso Cocteles, fuimos en 2 o 3 oportunidades a IDL y una vez a la casa de Gustavo Gorriti, y ahí Gorriti era básicamente el que diseñaba la estrategia de investigación, el que decía a quiénes se tenía que interrogar, qué tenían que preguntar, dónde conseguir la información», añadió Villanueva.

¿Un periodista de investigación puede dirigir investigaciones fiscales y publicar información reservada con fines políticos? Diversas personalidades del derecho peruano señalan que no. El renombrado abogado penalista, Carlos Caro, ha declarado que «Gustavo Gorriti debe ser investigado por tres delitos». Estos serían tráfico de influencias, usurpación de funciones y colusión. «Tanto el Ministerio Público, en la parte penal, como la presidenta Dina Boluarte, deberían investigar estos hechos. Este es un hecho muy grave, porque hablamos de que un expresidente de Perú fue acorralado hasta su muerte», señaló el célebre abogado peruano Enrique Ghersi, quien también ha sido vicepresidente de la Mont Pelerin Society.

De acusador a investigado y denunciado

Ahora, bajo el contexto de las declaraciones de Villanueva, Gustavo Gorriti ha pasado de acusador a investigado. El Ministerio Público ha comenzado una indagación previa contra Gorriti y diversos fiscales asociados a él. La investigación está a cargo del fiscal supremo Alcides Chinchay de la Segunda Fiscalía Suprema Transitoria Especializada en Delitos Cometidos por Funcionarios Públicos.

Por otra parte, el partido político Fuerza Popular, presidido por Keiko Fujimori, denunció penalmente a Gorriti y los fiscales asociados. Según la denuncia dirigida al fiscal de la nación, Juan Carlos Villena, los imputados habrían incurrido en delitos de organización criminal, abuso de autoridad, omisión de funciones, cohecho activo específico, cohecho pasivo específico, tráfico de influencia, fraude procesal, denuncia calumniosa, falsedad ideológica y falsedad genérica.

Una persona, dos versiones

Gustavo Gorriti se viene defendiendo de todas estas imputaciones. «La mega campaña de estridente desinformación desatada contra IDL-Reporteros (y en particular contra este periodista), es peculiar. Sus cimientos no son más que gases, los de la mentira, que se revisten luego, para intentar darles cuerpo, con varias capas de falsedades de distinto tono y destino (…)», escribió en una reciente columna. También habría apelado a la victimización, pues hace pocos días, en medios del escándalo por las revelaciones en su contra, confesó públicamente que padece de cáncer, cuando del diagnóstico ya había pasado bastantes meses.

Para un amplio sector de la prensa peruana, Gustavo Gorriti es el mejor periodista de investigación y está viviendo una persecución. Para otro sector, que desde hacía varios años lo denunciaba como un activista político que utilizaba el periodismo como herramienta, estas revelaciones les dan la razón. Para seguir respondiendo la pregunta que nos concierne (¿Quién es realmente Gustavo Gorriti?) requeriremos de una entrega más, donde detallaremos el nivel de coordinación que gozaba con el ex fiscal de la nación Pablo Sánchez (con video incluido) y comentaremos las recientes vinculaciones que se vienen investigando con el grupo terrorista Sendero Luminoso.

La novela de este personaje multifacético tendrá un largo desarrollo, porque pareciera que se ha abierto la madeja de cómo un periodista financiado por la Open Society Foundation y excorresponsal de El País habría venido manipulando la Justicia en Perú.

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