«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
REFUERZA EL EJE ANTI ESTADOUNIDENSE EN LA REGIÓN

Irán expande su influencia en la Iberosfera: suscribe acuerdos militares con el régimen de Arce

El ministro de Defensa de Bolivia, Edmundo Novillo y su homólogo iraní, Mohamad Reza Ashtiani

El jueves pasado el ministro de Defensa de Bolivia, Edmundo Novillo y su par de la República Islámica de Irán, Mohammad Reza Ashtiani, suscribieron un memorando de entendimiento en materia de «defensa y seguridad», de acuerdo a información de medios oficiales iraníes.

El acuerdo se dio en el contexto de una visita de Novillo a Teherán que se prolongó por varios días, donde el representante del régimen de Luis Arce ha profundizado los lazos de cooperación que el Movimiento al Socialismo (MAS) ha desarrollado con la teocracia iraní desde los días del cocalero Evo Morales en el poder.

El país andino, junto a Venezuela, Nicaragua y Cuba, ha terminado estableciendo durante la última década y media una suerte de eje favorable a los intereses de la nación persa en la región. Todo ello bajo el interés compartido de desafiar geopolíticamente a los Estados Unidos de América.

Para Reza Ashtiani la relación con Bolivia reviste «una importancia especial en la política exterior y de defensa de Irán debido a la importancia de la región sudamericana», al tiempo que destaca a la nación sudamericana como parte integrante del grupo de países «revolucionarios e independientes de la región».

Uno de los argumentos que se presentan para dar luz verde al memorando de entendimiento es la capacidad que supuestamente tiene Irán para ayudar a Bolivia en la lucha contra el narcotráfico, justo en momentos en el que el propio régimen de Arce ha estado en el ojo del huracán por un vuelo que llegó a Barajas cargado con casi media tonelada de cocaína.  

De hecho, los escándalos por tráfico de drogas han agudizado las pugnas internas dentro del oficialismo boliviano, donde las más recientes acusaciones del expresidente Evo Morales hacia su exministro de Economía y sucesor en el poder, Luis Arce, incluyen la incapacidad o la complicidad del mismo en asuntos vinculados al narco.

«La protección al narcotráfico y la corrupción no dejan gobernar al hermano presidente. El caso del narcovuelo no es aislado. Estamos convencidos que los mal llamados operativos más grandes de la historia son cortinas de humo para ocultar traslados de droga», escribió hace poco Morales en su cuenta de Twitter.

La gira por la región del presidente iraní

En junio el presidente de Irán, Ebrahim Raisí, protagonizó encuentros con los líderes de las tres tiranías que perviven en la región: Miguel Díaz-Canel, Nicolás Maduro y Daniel Ortega. En las reuniones con los mandatarios de Cuba, Venezuela y Nicaragua se ventilaron acuerdos económicos, tecnológicos y culturales, pero sobre todo se afianzó el interés común de todos estos países en hacer frente al «imperio» norteamericano.

La tendencia de Irán a expandir sus tentáculos en la región es especialmente manifiesta desde los tiempos en los que el radical islamista Mahmud Ahmadineyad estuvo en el poder (2005-2013). Dicho período coincidió además con la era dorada del chavismo en Venezuela donde, con grandes ingresos provenientes de la exportación de petróleo, el fallecido dictador venezolano Hugo Chávez desplegó un repertorio de acciones destinadas a incomodar a los Estados Unidos.   

Entre ellas quizá la más alarmante fue la cancha abierta dada a grupos terroristas aupados por el dinero y las motivaciones de Teherán, tales como el Hezbolá.

Un antiguo informe del American Enterpise Institute for Public Policy Research afirma que Hezbolá «utiliza el hemisferio occidental como base de operaciones y de recaudación de fondos para librar una guerra asimétrica contra Estados Unidos. Hugo Chávez en Venezuela y otros gobiernos antiestadounidenses de la región han facilitado esa expansión abriéndoles los brazos a Hezbolá y a Irán».

Reclamos ante la avanzada iraní

La suscripción de este acuerdo entre el Ejecutivo boliviano y su par iraní ha despertado el recelo de la oposición en Bolivia, quien a principios de esta semana ha exigido a Arce que informe cuáles son sus verdaderos alcances, en un contexto en el que se han impuesto la opacidad y el silencio.

Por su parte, el Gobierno argentino ha pedido información detallada a su par boliviano sobre esta misma materia. Previamente en el país austral la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) había manifestado su desazón por el acuerdo Bolivia-Irán, recordando que fundamentalistas iraníes protagonizaron el ataque a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994, dejando casi un centenar de muertos.

«La DAIA, entidad representativa de la comunidad judía argentina, alerta sobre los riesgos para la seguridad de la Argentina y de la región. Tras haberse conocido el convenio de defensa firmado por Bolivia con Irán, país vinculado a la agrupación terrorista Hezbollah y responsable del atentado perpetrado contra la sede de la AMIA-DAIA que causó 85 muertos y más de 300 heridos», se lee en un comunicado de la DAIA.

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