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Mientras sus directivos enfrentan penas de hasta 13 años de cárcel

La principal Cámara empresarial de Nicaragua coopera con la tiranía

El actual presidente del Cosep en Nicaragua, César Zamora. Twitter

“Nos duele”, fue la expresión del presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), César Zamora, al ser consultado sobre los directivos de ese organismo que permanecen en las mazmorras de la dictadura de Daniel Ortega, sentenciados a largas condenas por exigir un cambio político en el país centroamericano.

Zamora, señalado de ser un aliado de la dictadura y de supuesto enriquecimiento al amparo del poder, concedió su primera entrevista a Canal 12, en Nicaragua, nueve meses después de asumir el cargo, luego que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, ordenaron el encarcelamiento del presidente y vicepresidente del Cosep, Michael Healy y Álvaro Vargas, condenados a 13 y 9 años, respectivamente.

Otros empresarios como Luis Rivas, vinculado al gran capital nicaragüense al momento de su detención; José Adán Aguirre, expresidente del Cosep; y Juan Sebastián Chamorro, que era apoyado como candidato presidencial por el sector empresarial, también se enfrentan a largas condenas. Más de 180 opositores están en las cárceles actualmente.  

El representante del Cosep admitió un acercamiento con la dictadura, que por ahora dijo es a nivel de las cámaras empresariales y el régimen.

Las Cámaras están en diálogo con las autoridades, está en su agenda y resolviendo esos temas (económicos), y parte de la discusión con el BCIE (Banco Centroamericano de Integración Económica) es ver esos temas de manera corporativa. Hoy, el Cosep, todavía no nos hemos sentado (con Ortega), pues vamos a ver qué decide la directiva de Cosep sobre ese tema”, acotó. Añadió además que las Cámaras están “sumamente contentas” con el diálogo con el BCIE y están viendo oportunidades de inversión que el BCIE y el país priorice.

Los “beneficiados” del sandinismo

Sobre la suerte que han corrido los líderes del sector empresarial dijo: “Nos duele, pero estamos apoyando a sus familias, de eso se trata, ser solidarios en estos momentos, y realmente quiero agradecer a las Cámaras por el apoyo al sacar adelante Cosep en una situación delicada política y económicamente, y esperamos estar a la altura de las circunstancias”, respondió a la pregunta del periodista de Canal 12, sobre la situación de los líderes empresariales.

Consultado sobre la posición de la actual cúpula del Cosep un analista político nicaragüense que ha estado vinculado al sector empresarial y diplomático que solicitó resguardar su identidad por razones de seguridad, sostiene que la posición de Zamora no es la de todos los empresarios.

“No es el sector privado en su totalidad sino las cúpulas de beneficiados, las nuevas Cámaras que se formaron con sandinistas que se han enriquecido bajo la sombrilla de Ortega”, aseveró.

Para el analista, los intereses económicos son los que están prevaleciendo al ignorar las violaciones a los derechos humanos y darle legitimidad a un régimen que se mantiene en el poder por la fuerza. “No tienen la fortaleza que tenía la cúpula empresarial de los años 80”, acotó en referencia al liderazgo empresarial que se enfrentó a la instauración de la dictadura socialista -1979-1990- en Nicaragua.

El empresario Jorge Salazar, vicepresidente del Cosep, fue asesinado el 17 de noviembre de 1980, por la Seguridad del Estado que dirigía el exministro del Interior Tomás Borge, uno de los nueve “comandantes revolucionarios” del FSLN.

El actual secretario privado de Ortega, Néstor Moncada Lau, exagente de la Seguridad del Estado, es uno de los que estuvo implicado en el crimen, de acuerdo con los reportes periodísticos de la época. El asesinato de Salazar, es uno de los miles de crímenes cometidos durante el primer régimen sandinista que permanecen impunes.   

¿A la medida de Ortega?

“Lo que hay es una complicidad de los beneficiados del régimen sandinista, pero no es el sector privado en su totalidad. Son la gente que el gobierno atrae con regalías, advertencias, o amenazas. Por lo menos el silencio de la pequeña y mediana empresa privada (el régimen) lo ha logrado con las advertencias de aplicarles las herramientas fiscales, vigilancia jurídica, y advertencias que han hecho de manera individual, pero se puede decir que ese movimiento de cúpula empresarial sandinista, es cómplice del régimen y forma parte de la fuerza empresarial”, dijo el analista.

A su juicio, la nueva representación del Cosep, fue parte de una conspiración del régimen. En las elecciones del 8 de septiembre de 2021, Zamora fue electo segundo vicepresidente del organismo, el tercer cargo en la directiva. La dictadura detuvo a Healy y Vargas, mes y medio más tarde de la elección.

A Zamora le correspondió, de acuerdo al Pacto Constitutivo y los estatutos del Cosep, asumir el cargo. De este modo tomó un rol protagónico la ficha que calzaba a los propósitos de Ortega para recomponer la estructura empresarial y dar el giro a favor del régimen.   

“Lo de Zamora era ya un montaje preparado porque es un incondicional de Ortega. Es señalado de hacer fortuna con el régimen y con su aval ha logrado obtener fondos de los organismos financieros internacionales. Es alguien que forma parte del círculo de poder”, subrayó.

Zamora es también el presidente de la Cámara de Energía.

Ha sido uno de los promotores del modelo de diálogo y consenso con el régimen sandinista, que hasta antes de las protestas les permitía a los empresarios jugosas ganancias siempre que no se involucraran en la política nacional, mientras Ortega destruía las bases de la institucionalidad. 

“En Nicaragua hay una sociedad intimidada, adormecida. Igual sucede con la iglesia, cuya voz no se escucha. Hay un sacerdote preso sin ninguna acusación solamente porque alguien que levantó un falso testimonio y se retractó, pero el cura sigue preso y la iglesia en su conjunto no quiere, no sabe o no puede decir nada, esto por supuesto, es que tienen temor. Es que Nicaragua es un país bajo sitio”, aseveró el analista, en alusión al párroco de la Iglesia El Calvario, en Nandaime el padre Manuel Salvador García (condenado recientemente a 2 años de cárcel).

El clérigo es acusado de “amenazar” con un machete a turbas del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que le asediaban. El sacerdote está a la espera de un segundo juicio, el de causar “lesiones graves” a una mujer. La supuesta “víctima” se retractó y dijo que el sacerdote nunca la había golpeado. La mujer enfrenta prisión preventiva por “falso testimonio”. Sin embargo, el sacerdote continúa encarcelado.

Y mientras los líderes del Cosep continúan tras las rejas, Zamora dijo que ese organismo debe fortalecer la economía.

“Lo que no podemos desaprovechar la oportunidad de ver que es lo que nos está molestando y plantearlo con honestidad, viendo que hacemos para que al final la productividad del país mejore y todos los nicaragüenses seamos parte de la solución. Buscar mecanismos de diálogo y entendimiento y poder platicar. El país a esta coyuntura requiere más pláticas que gritos, según Zamora.

Ortega descabezó a la oposición en Nicaragua, ha instaurado un estado policial y se niega a entablar un diálogo con la oposición.

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